Pero cuando la pequeña se encontró con el Pontífice, con la naturalidad del poder hablar en español, el Papa le dijo: «Vamos a hacer un trato. A ti te va a hacer más falta que a mí durante toda la vida, por eso lo bendeciré y quiero que te lo quedes».
La niña había ido a Roma deseosa de hablar con el Papa, y había explicado a los compañeros en la delegación de la ONCE que «si el Papa no viene, iré yo a buscarlo», pero no fue necesario.
El grupo de 140 personas, explicó al diario valenciano Las Provincias el padre de Lucía, Luis García, estaba «en una posición privilegiada. Nos han puesto en primera o segunda fila y el Papa ha venido a saludarnos».
«Ha sido muy emocionante», admitió la pequeña a José M. Ortuño, del diario valenciano.
Lucía dice que el Papa le pareció «una persona muy simpática y buena».
Uno por uno, Francisco charló unos instantes con todos los españoles hasta que llegó hasta donde estaba Lucía. Entonces se detuvo y ambos estuvieron dialogando durante más de cinco minutos. En ese instante, los papás rompieron a llorar. «Fue precioso, aún estoy temblando. No voy a olvidar esto nunca», indicó horas más tarde Conchín, su madre.
Luis tampoco podía creerse lo que acababa de suceder. «Ha sido una experiencia única en la vida. Para un católico conocer al Papa es muy importante», de modo que va a ser «un hito en nuestras vidas. Sobre todo por cómo ha tratado a nuestra hija». Ellos también tuvieron ocasión de intercambiar unas palabras con Francisco: «Nos ha pedido que recemos por él».
La madre asegura, muy emocionada: «Ahora mismo, el bastón es una pieza de museo para mi casa y seguro que protege a mi hija en su vida. Nunca pensé que tendría al Papa tan cerca», admitió.
Otro de los valencianos que viajó hasta el Vaticano es Luis Ferrando, profesor de piano (tanto de niños invidentes como de chavales sin discapacidad), que posee la carrera de magisterio, la especialidad de música y que ahora cursa un máster. Iba con una carta preparada a pesar de «sabía que era muy difícil poder conocer al Papa».
En ella, le contaba al Pontífice «todo lo que he conseguido siendo discapacitado y le he pedido que rece por mí, para ser mejor profesor». Francisco le pareció una persona «muy humilde. Me ha sorprendido su cercanía con los pobres. Estoy muy identificado con lo que dice», asegura al diario valenciano.
Luis se sentía «con el corazón muy reconfortado» tras conocer a Bergoglio. «Para mí, como cristiano, el Papa es un padre en la Fe. Al principio no sabía que decirle», por eso le entregó la carta con sus vivencias. «Algunas se pueden contar y otras son sólo para que él las lea».
La representación enviada por la ONCE a la Plaza de San Pedro regresó a Valencia encantada con lo ocurrido: todos habían podido hablar con Francisco. El delegado territorial de la organización, José Manuel Pichel, estaba tan feliz como si hubiese ido. «Están todos muy emocionados porque no esperaban que los saludara uno por uno y Lucía va muy orgullosa por Roma con su bastón», advirtió.
En declaraciones a Rocío Lancho, de agencia ZENIT, José María Prieto, responsable de comunicación de la ONCE, que destaca que lo que conmovió especialmente a la familia fue cuando la pequeña Lucía pidió permiso para dar un beso al Papa y Francisco aceptó enseguida.
Zenit cuenta también la vivencia de Soledad, una vendedora del cupón de la ONCE en Madrid, muy devota. La mujer ha leído unos versos de una poema escrito por ella en braille que el Santo Padre ha escuchado emocionado.
La delegación ha querido mostrar cercanía y cariño al santo padre entregándole dos regalos. Miguel Carballeda, presidente de la ONCE y su Fundación, acompañado por el padre Ángel, responsable de Mensajeros de la Paz, ha entregado al papa un Evangelio escrito en braille y él lo ha ojeado con curiosidad.
Una niña sorda ha sido la encargada de entregarle al Santo Padre una imagen de Santa Lucía, patrona de las personas ciegas que se celebra el viernes 13 de diciembre.
En este año significativo para la ONCE, la Organización ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, además de múltiples reconocimientos en la mayoría de las comunidades autónomas y ciudades de España.
"Para quienes forman parte de la ONCE y su Fundación, con independencia de su condición religiosa, se trata de un acto de gran trascendencia y una experiencia para las personas que han acudido al encuentro con el Pontífice", afirma un comunicado de la Fundación.
La ONCE nació en 1938 promovida por grupo de ciegos que fueron capaces de imaginar y defender un nuevo modelo de vida: no querían depender de una pensión y se plantearon vivir de su trabajo y de su esfuerzo, "querían compartir su ilusión y su suerte con el resto de ciudadanos a pie de calle para ir, poco a poco, construyendo sociedad".
Fue esa misma ilusión la que impulsó a la Organización a crear hace 25 años la Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con Discapacidad que, en este periodo, ha generado más de 80.000 empleos y ha contribuido a transformar el sector de las personas con discapacidad en España. La Organización ofrece cobertura social a más de 70.000 personas ciegas en todo el territorio estatal, entre ellos a los 7.500 estudiantes con discapacidad visual.