El nacimiento es obra del taller Cantone & Costabile, heredero y continuador de la tradición de los belenes que se hicieron famosos en toda Europa a partir del siglo XVII. El taller había ofrecido el nacimiento al cardenal arzobispo de Nápoles, Crescenzio Sepe, que a su vez se lo ha regalado al Papa.
Con el telón de fondo de la Campania, región a la que pertenece Nápoles, 16 personajes ataviados con vestiduras del siglo, presencian la escena del nacimiento del Niño Jesús, según informa la Santa Sede.
Los maestros Cantone y Costabile han mantenido la expresividad de los rostros de las figuras, aunque han elevado la altura de estas de 30 centímetros a dos metros. Los personajes representan todas las clases sociales y las edades de la vida, desde la infancia a la vejez.
Así, junto a una joven noble, se encuentra una gitana con harapos, una anciana acompañada de dos niños y los Reyes Magos caminando entre campesinos. Las figuras tienen la cabeza, las manos y los pies de terracota policromada y los ojos de cristal.
El nacimiento se realiza así, gracias a la ayuda de algunos benefactores, para limitar al máximo los costes de la Gobernación del Vaticano.
Además, este viernes llegará a la Plaza de San Pedro el abeto de Navidad bávaro, un regalo de la comunidad Waldmünchen, que mide 25 metros de altura y tiene un diámetro de 98 centímetros.
Como es habitual las maestranzas de la Gobernación y el personal del Vaticano se encargarán de instalarlo, así como de la iluminación y la decoración.
Una vez pasadas las fiestas, la madera del árbol navideño se utilizará, como ya se hace desde algunos años, para hacer juguetes u objetos de uso cotidiano.