«El Papa Francisco es un comunicador nato. Si te paras a mirar la gestualidad de su cara y cómo mueve las manos se nota que está entregándose a quienes le escuchan». Con estas palabras, el psicólogo y experto en comunicación no verbal Daniel Blanco analiza la personalidad del Papa Francisco coincidiendo con la clausura del Año de la fe. Nacido en Mérida en la Nochebuena de 1970, Blanco es padre de un hijo de dos años, músico en sus ratos libres y dirige en Málaga el gabinete de psicología Comportarte.com, especializado en terapias del comportamiento
 
 
–El papa Francisco es un comunicador nato. Si tú te paras a mirar la gestualidad de su cara y el movimiento de sus manos se nota que está entregándose a quienes le escuchan. Él es el emisor del mensaje, el que trae el mensaje religioso, el que trae el mensaje católico, pero se está entregando a la persona que le escucha. Por eso dirige la mirada perfectamente al centro, por eso las manos las pone en una posición inferior. Cuando ponemos las manos en una posición inferior denota que estamos entregados a la persona que nos está escuchando. Si tú te fijas, en casi todas las apariciones del Papa, las manos están incluso por debajo del nivel de su cintura, y en el mejor de los casos, las manos se juntan; él está rogando que aquello que está diciendo sea comprendido, sea entendido, sea aceptado y sea de agrado.
 
 
–Él, en su actitud no verbal, se considera papel secundario, no adopta un papel protagonista. En uno de los videos que hemos revisado hay una comparativa fantástica, sobre todo del momento en el que es proclamado Papa. Cuando el papa Francisco sale, no se pone en el borde del balcón, sino que se queda sesenta centímetros por detrás, abre las manos y es un símbolo que dice: “Aquí estoy, vamos a trabajar”.
 
 
–Dentro del lenguaje no verbal hay una cosa que es el ‘microgesto’. Es algo muy interesante de analizar. Son esos gestos minúsculos, pequeñitos, que hacemos de manera involuntaria y que no podemos controlar, porque nos salen solos: son reacciones nerviosas. Hay uno que me ha llamado especialmente la atención: y es que, cuando sonríe, lo hace de manera sincera. ¿Cómo sabemos que una persona fuerza la sonrisa? Por el movimiento de los pómulos. Cuando la sonrisa es forzada, el pómulo se queda en su sitio, no se eleva. Sin embargo, cuando la sonrisa es auténtica, el pómulo, de manera natural, se ele- va hacia arriba, como ocurre con el Papa.
 
 
–El número de parpadeos que hace cuando muestra una reacción casi siempre es un número par. La cuestión de los números pares o impares nos indica hacia qué lado del hemisferio cerebral estamos haciendo referencia: al izquierdo o al derecho. Si hacemos referencia al lado izquierdo hacemos referencia a la parte lógica; si hacemos referencia a la parte derecha estamos buscando la parte emocional. Él casi siempre busca la parte emocional, por eso hace un número par de parpadeos. Por otra parte, cuando las personas están seguras, los movimientos oculares son estables, tranquilos, lentos y fijos. Fijémonos, por ejemplo, en el vídeo del niño que “se coló” y llegó a la silla del Papa. Francisco cogió al niño y lo abrazó. Pero, además, cuando el Papa observó lo que pasaba a su alrededor lo hizo con una mirada lenta, no rápida. ¿Por qué? Porque él estaba tranquilo. Confía en su equipo y en las personas que le rodean.
 
 
–El lenguaje no verbal del Papa Francisco denota tres palabras clave: tranquilidad, confianza y fe.