El Papa fue primero a la basílica de Santa María de los Ángeles. Saludó uno a uno al numeroso número de franciscanos que allí se encontraban y se dirigió con un ramo de flores a la Porziúncola, en torno a la cual se edificó la actual basílica. Allí rezó algunos minutos en silencio y gran recogimiento. Al salir recibió una reliquia del edificio de la porziúncola que se puso al cuello y firmó el libro de los visitantes.
A la salida había unos 50.000 jóvenes le esperaban. Cantaban "Jesus christ you are my life" y coreaban "papa Francisco". El papa sonreía y se le veía disfrutando con cada mirada y cada gesto.
También ha recordado que a veces “la gente piensa en casarse hasta que dure el amor, y eso es egoísmo”, ha dicho el papa. Otra dificultad es que la cultura actual favorece el individualismo, es la cultura de lo provisional y ha advertido que Jesús nos ha salvado provisionalmente, "nos ha salvado definitivamente".
“La fantasía del Espíritu santo es infinita” dijo y exhortó a no tener miedo de dar pasos definitivos. A veces hay madres que me cuentan: "mi hijo no se casa, no sé qué hacer, tiene ya treinta años y tiene una novia, pero no se decide, ¿qué hago? Yo respondo: Señora, ¡no le planche más las camisas!"
“Si bien la familia es la vocación que Dios ha escrito en la naturaleza del hombre y de la mujer, hay otra vocación complementaria al matrimonio: la llamada al celibato y a la virginidad por el Reino de los cielos. Es la vocación que Jesús mismo ha vivido”, dijo.
Recordó que la relación con Dios no implica solo a una parte de nosotros mismo, sino a todo nuestro ser y que la vocación religiosa: no es un renunciar, si no un sí, que hace fecundo. Clara y Francisco, su carisma continúa hablando a jóvenes de todo el mundo.
El Papa indicó que con Dios “podemos luchar contra el mal cada día y le preguntó a los jóvenes: ¿Queréis resignaros frente al mal, las injusticias, las dificultades? A lo que todos respondieron con fuerza ¡no!, y el papa dijo: ¡esto me gusta! y recordó que san Francisco dijo: ´predicad siempre el Evangelio, y si es necesario también con las palabras´. ¿Se puede? Sí. Primero el testimonio, después las palabras.
“Hoy en el nombre de san Francisco les digo: no tengo ni oro ni plata para darles, pero algo mucho más precioso: el evangelio de Jesús”. Y concluyó: “Lleven el evangelio en vuestras casas, anúncienlo entre vuestros amigos, recíbanlo y sírvanlo en los pobres".
Al finalizar las palabras del papa, recogidos en oración se ha cantado el padrenuestro unidos por las manos. Y tras la bendición de Francisco ha pedido: "Por favor, recen por mí"