«¡Qué bonito poderte ver de verdad y no como en la televisión! Bendice a todas las mamás y papás para que puedan tener siempre una sonrisa hermosa como la tuya». Michelle Nugnes es una niña gravemente enferma que se encuentra en terapia en la sección de oncología pediátrica del Policlínico Gemelli, de Roma. Hay otros 21 niños que reciben asistencia médica en la misma sección, y esta tarde, en compañía de sus padres, fueron recibidos en la Capilla de Santa Marta por el Papa Francisco, que se entretuvo con ellos por una buena media hora.
«Los niños, gravemente enfermos –informa un comunicado de la Sala de Prensa Vaticana–, eran 22, acompañados por sus padres y por representantes del personal del Gemelli y por voluntarios de Unitalsi, por las religiosas y los sacerdotes que los siguen y los acompañan en peregrinajes a Lourdes o a Loreto. Alrededor de 70 personas en total. Entre los presentes también estaban tres hermanitas, las tres enfermas, con sus padres».
En ocasión de un peregrinaje a Lourdes, los niños del grupo habían enviado al Papa sus dibujos de la Gruta de Lourdes (el dibujo más bonito fue el que hizo un niño ciego en Braile) con una carta en la que le preguntaban si podían «ir a rezar con él».
El encuentro se llevó a cabo en un clima de oración y de gran conmoción, «pero también de alegría –subraya la nota vaticana–, como todas las veces en las que los niños son los protagonistas. Después del signo de la Cruz y el saludo de paz del Papa, y de la oración del Padre Nuestro, una niña dirigió algunas palabras de saludo al Papa, a quien pidió que rezara por todos los niños enfermos del mundo y que bendijera a sus papás».
«Querido Papa Francisco –dijo Michelle–, estoy muy contenta de estar aquí en tu casa con los amigos del Gemelli, los médicos, los voluntarios y con los sacerdotes que nos acompañan a Lourdes con la Unitalsi. ¡Es muy bonito poder verte de verdad y no como en la televisión! En Lourdes rezamos por ti, te dibujamos la Gruta de la Virgen, como un don de nuestra parte».
«Te prometemos –dijo la niña– que seguiremos rezando y te pedimos que reces por todos los niños enfermos del Gemelli y del mundo. Bendice a todas las mamás y papás, para que puedan tener siempre una sonrisa hermosa como la tuya».
Todos juntos cantaron el “Ave María de Lourdes”. Francisco también dirigió algunas palabras a los niños y a los presentes en forma de diálogo con los pequeños, escuchando sus preguntas y respondiendo. Los invitó a sentir siempre la presencia de Jesús cerca de ellos, «porque Jesús les quiere mucho». Después de recitar el Ave María, el Papa dio la bendición, que es, explicó, «como un abrazo de Dios». Al final, como acostumbra hacer, se despidió con mucho afecto de todos y cada uno de los niños y sus papás.