También en medio a las tribulaciones, el cristiano no está jamás triste sino atestigua siempre el gozo de Cristo. Fue la reflexión del papa Francisco de ayer martes, durante la Misa en la Casa de Santa Marta en la que subrayó que el “soportar gozoso” nos rejuvenece.
En la Misa, concelebrada con el cardenal Angelo Comastri y el cardenal Jorge María Mejía, tomó parte otro grupo de empleados vaticanos de la Fábrica de San Pedro.
En su homilía --según informa Radio Vaticano- el papa subrayó el gozo de Pablo y Silas, llamados a enfrentar prisión y persecución por testimoniar el Evangelio.
Estaban llenos de gozo, dijo el Papa, porque seguían a Jesús en el camino de su Pasión. Un camino que el Señor recorre con paciencia: “Entrar en paciencia: ese es el camino que Jesús nos enseña también a nosotros cristianos. Entrar en paciencia… Esto no quiere decir estar tristes. No, no, ¡es otra cosa! Esto quiere decir soportar, portar sobre la espalda el peso de las dificultades, el peso de las contradicciones, el peso de las tribulaciones. Esta actitud cristiana de soportar: entrar en paciencia. Aquello que en la Biblia se dice con una palabra griega, tan plena, la Hypomoné, soportar en la vida el trabajo de todos los días: las contradicciones, las tribulaciones, todo esto. Ellos --Pablo y Silas- soportan las tribula ciones, soportan las humillaciones: Jesús las ha soportado, ha entrado en paciencia. Este es un proceso --me permito la palabra ´un proceso´-- un proceso de maduración cristiana, a través del camino de la paciencia. Un proceso que requiere tiempo, que no se hace de un día para otro: se realiza durante toda la vida para llegar a la madurez cristiana. Es como el buen vino”.
El papa dijo que tantos mártires estaban llenos de gozo, como por ejemplo los mártires de Nagasaki que se ayudaban unos a otros, “esperando el momento de la muerte”.
Esta actitud del soportar, agregó el papa, es la actitud normal del cristiano, pero no es una actitud masoquista. Es en cambio una actitud que le lleva “por el camino de Jesús”: “Cuando llegan las dificultades, llegan también las tentaciones. Por ejemplo el lamentarse: ‘Pero mira lo que me pasa´... un lamento. Y un cristiano que se lamenta continuamente, deja de ser un buen cristiano: es el Señor o la Señora Lamento, ¿no? Porque siempre se lamenta de todo, ¿no? El silencio en el soportar, el silencio en la paciencia. Aquel silencio de Jesús: Jesús en su Pasión no dijo más de dos o tres palabras necesarias… Pero tampoco es un silencio triste: el silencio del soportar la Cruz no es un silencio triste. Es doloroso, muchas veces muy doloroso, pero no es triste. El corazón está en paz. Pablo y Silas rezaban en paz. Tenían dolores, porque se dice que luego de la cárcel el car celero lavó las llagas --tenían llagas- pero soportaban en paz. Este camino de soportar nos hace profundizar la paz cristiana, nos hace fuerte en Jesús”.
El papa Francisco agregó: “El paciente es aquel que, a la larga, ¡es el más joven! Pensamos a aquellos ancianos y ancianas en los asilos, aquellos que han soportado tanto en la vida: Miramos sus ojos, ojos jóvenes, tienen un espíritu joven y una renovada juventud. Y a esto nos invita el Señor: a esta renovada juventud pascual por el camino del amor, de la paciencia, del soportar las tribulaciones y también --me permito decirlo- de soportarnos el uno al otro. Porque también debemos hacer esto con caridad y con amor, porque si yo debo soportarte, estoy seguro que tú me soportas y así vamos adelante por la senda del camino de Jesús. Pidamos al Señor la gracia de este soportar cristiano que nos da la paz, de este soportar con el corazón, de este soportar gozoso para volvernos cada vez más jóvenes, como el buen vino: más jóvenes con esta renovada juventud pascual del espíritu. Así sea”.