El Limosnero Apostólico, el cardenal Konrad Krajewski, en misión pontificia en Lesbos, Grecia, entre los refugiados y migrantes, entregó una donación de cien mil euros como contribución del Santo Padre a la preciosa obra de Cáritas Hellas (la Cáritas de Grecia) en favor de los solicitantes de asilo y refugiados. La donación fue recibida por María Alverti, directora de la organización caritativa de la Iglesia local, que participa en la misión.
De esta manera el cardenal Krajewski, lleva a los migrantes de los campos de refugiados de Lesbos la preocupación y cercanía del papa Francisco, tres años después de la visita que el mismo pontífice hiciera a la isla griega, justo enfrente de Turquía.
Acompañan al Limosnero Apostólico en esta misión, Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente de la Comisión Episcopal Europea (Comece), para expresar la solidaridad de toda la Iglesia del viejo continente.
El viaje, que finaliza el viernes 10 de mayo, está organizado por la Comunidad de San Egidio y la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral.
El programa incluyó la visita a los campamentos de Lesbos, en particular el más grande, el de Moria, el “hot-spot” que es el centro de identificación y registro de migrantes, -en su mayoría afganos, pero también iraquíes, iraníes, sirios y norafricanos:- así como el encuentro con las realidades locales y las asociaciones que trabajan en el campo.
“Fuimos enviados por el Papa porque Europa olvidó un poco que hay tantos campos” en Grecia, subrayó el cardenal Krajewski en una reunión de la delegación con Andreas Gougoulis, responsable del Gobierno griego del servicio de acogida e identificación de migrantes. El representante de las autoridades de Atenas explicó cómo Grecia está pidiendo a la Unión Europea un nuevo programa comunitario de recolocación y un sistema europeo de asilo.
“Salvar a la gente que ya está en los campos –reiteró el Limosnero– sigue siendo la prioridad”. Se trata de personas que “esperan el futuro, marcado por la esperanza”.
El Santo Padre –explicó el Limosnero Apostólico– frente al deterioro de las condiciones de vida de estos migrantes y a tanto sufrimiento, envió su apoyo a Caritas Hellas, que trabaja en esta zona: cien mil euros para las necesidades básicas pero, sobre todo, Francisco quiere ser un puente hacia una vida mejor para esta gente. Aquí vemos a muchos niños, a muchas mujeres embarazadas, que llevan meses esperando que Europa abra sus puertas, porque aquí para ellos no hay ninguna esperanza. El pontífice –concluyó recordando la visita del Papa a Lesbos del año 2016– se fue de aquí hace tres años, pero se quedó, nunca salió de estos campos de refugiados”.
Cáritas Hellas
Los católicos son pocos en Grecia, que es un país ortodoxo, pero también allí Cáritas se esfuerza por ayudar. Fundada en 1976 por los obispos católicos del país, hoy Cáritas Hellas ofrece servicios de nutrición y apoyo social a una población de refugiados e inmigrantes que aumenta rápidamente, jóvenes necesitados, ancianos y familias necesitadas. El servicio cotidiano incluye distribución de víveres, ropa, educación, orientación y apoyo psicológico.
Desde 1987, la sede oficial de Cáritas Hellas se encuentra en Atenas y cuenta con el apoyo de 10 oficinas regionales de Cáritas. Estas oficinas emplean a aproximadamente 8 personas en total y cuentan con casi 350 voluntarios, a quienes Cáritas Hellas describe como “el alma de Cáritas”. Sin su lealtad y compromiso, los programas descritos anteriormente dejarían de existir. La Junta de Cáritas Hellas está integrada por representantes permanentes de las provincias eclesiásticas de Grecia: Atenas, Siros, Creta, Tesalónica, Corfú, Naxos-Tinos, el exarcado de Rodas, el exarcado católico armenio, y el exarcado de católicos del rito bizantino.