El Papa Francisco mantendrá el mismo escudo y el mismo lema que tenía como arzobispo y como cardenal de Buenos Aires.
El Pontífice argentino decidió simplificar el trabajo de los expertos de heráldica papal, aportando como único cambio la tiara papal en vez del sombrero cardenalicio.
El escudo papal, sobre fondo azul, presenta un sol con las tres letras del monograma de Cristo “IHS” (emblema de los jesuitas), una estrella y un nardo.
De esta forma, los tres miembros de la Sagrada Familia (Jesús, María y José) están representados en el escudo.
El lema papal también seguirá siendo el mismo: «Miserando atque aligendo», cita de las homilías de Beda el Venerable. Es un comentario al llamado de San Mateo, que es elegido por Jesús después de que hubiera mostrado compasión por él.
El texto de Beda, explica una nota de la Sala de Prensa del Vaticano, «es un homenaje a la misericordia divina» y tiene un «significado particular en la vida y en el itinerario espiritual del Papa».
De hecho, durante la fiesta de San Mateo de 1953, Jorge Mario Bergoglio experimentó a la edad de 17 años, de una forma muy particular, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después de una confesión, se sintió tocado y advirtió la misericordia de Dios, que con una mirada de tierno amor, lo llamaba a la vida religiosa, siguiendo el ejemplo de San Ignacio de Loyola.