En la quinta votación, la segunda de la tarde de este miércoles 13 de marzo, el humo (la fumata) de la chimenea del Vaticano ha comenzado a salir con el característico color blanco, a las 19.06 de la tarde y ha salido durante 7 minutos.
Un hombre ha conseguido los dos tercios de votos, más de 77, para ser el nuevo Pontífice Romano. Las campanas han sonado y la gente ha gritado entusiasta.
La Iglesia ya tiene un sucesor para Benedicto XVI y sus predecesores, un hombre que hereda las Llaves del Reino de los Cielos que Cristo entregó a Pedro hace dos mil años, y la misión de "confirmar en la fe" y "apacentar" las ovejas del rebaño de Jesucristo.
La multitud que ha pasado una tarde de frío y lluvia, a veces incluso el día completo, irrumpió en aplausos y gritos de entusiasmo. A lo largo del día, la Plaza de San Pedro se fue llenando más y más de fieles y peregrinos, que dedicaban su espera a orar, y a veces a distraerse con alguna gaviota que se posaba sobre la chimenea más observada del mundo.
En estos momentos, el nuevo Pontífice se está revistiendo con las vestiduras papales en la llamada "Habitación de las Lágrimas". Después, vuelve a la Capilla Sixtina y participa en una pequeña oración y una lectura del Evangelio sobre el ministerio petrino, actos protagonizados por el primer cardenal de cada orden (diáconos, presbíteros y obispos).
A continuación cada cardenal le ofrece su obediencia y fidelidad al nuevo Papa. Después es el momento de salir al balcón. Desde que sale el humo blanco hasta que se presenta ante el pueblo fiel, pueden pasar, por lo tanto, unos 40 minutos.
Una novedad prevista este año es que el nuevo Papa, de camino hacia el balcón, pueda pasar por la Capilla Paolina, donde está el Santísimo Sacramento, y allí tenga una breve oración personal silenciosa ante el Santísimo, para a continuación salir a bendecir a la gente reunida, con su primera bendición "Urbi et Orbi". Así, el heredero de Pedro se presenta, en primer lugar, al Señor que le eligió.
En esta ocasión el Protodiácono (el francés cardenal Tauran) anunciará también la indulgencia papal que eso lleva implicado, como se hace habitualmente en Pascua y en Navidad.
La Misa de Inauguración de Pontificado presidida por el nuevo Papa puede celebrarse cualquier día, no necesariamente en domingo. Por lo general se busca dar tiempo a las delegaciones y mandatarios extranjeros que quieran asistir a ella. Pero si el Papa sale elegido en miércoles o jueves, puede que sí se celebre esa Misa Inaugural el domingo.