La presunta noticia bomba del diario inglés The Guardian, publicada el jueves pasado, se reveló fruto --a decir poco- de una gran ignorancia.
The Guardian afirma que descubrió la existencia de valiosas propiedades en Londres, que serían del Vaticano, como el negocio de Bulgari en la New Bond Street o un edificio en la zona de St. James’s Square, en la esquina con Pall Mall. Propiedades, dice el diario inglés, de las cuales no es simple saber quién es el verdadero propietario, pues quien los posee quiso mantener estas informaciones reservadas.
El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, comentó: “Me dejó estupefacto el artículo de The Guardian, parece escrito por alguno que viven en los asteroides. Son cosas sabidas desde hace ochenta años. No ha sido revelado nada que no se supiera”.
Añadió que la existencia de inversiones por parte de la Santa Sede, con las sumas de la indemnización que dio el Estado Italiano a la Santa Sede --por la expropiación de sus territorios y bienes durante la unificación italiana- con los Pactos de Letrán, “son conocidos desde aquella época o sea hace más de ochenta años”.
El portavoz concluyó: “Que la Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica, tenga una sección extraordinaria está escrito incluso en la guía telefónica del Vaticano”. Es la sección que administra el patrimonio inmobiliario con el que la Santa Sede mantiene oficinas y estructuras.
Por su parte el diario vaticano L´Osservatore Romano, publicó ayer un artículo con el título “No hay que maltratar a la Historia”. Siempre sobre la presunta noticia bomba del diario inglés, la cual por lo infundada “no merecería ninguna atención”, y a la que responde pues ha sido citada por algunos medios de comunicación.
“Se trata de un conjunto de noticias imprecisas o infundadas, puestas juntas de manera torpe y maliciosa, para sostener que el Vaticano habría construido un imperio inmobiliario internacional gracias a los ´millones de Mussolini´, una fortuna que habría sido obtenida a cambio del reconocimiento del régimen por la Santa Sede en 1929 y sobre la cual existiría un gran secreto”.
“Para completar el cuadro --indica L´Osservatore Romano- documentos no especificados británicos del período de guerra, demostrarían las actividades de una sociedad controlada por el Vaticano contra los intereses de los Aliados”.
Un artículo inconsistente --reitera- cuya resonancia además de desinformar a muchos lectores, daña la más elemental verdad histórica.
“Habría sido necesario realmente poco para saber que en los Pactos de Letrán”, firmados en 1929 entre el Vaticano y el gobierno italiano, entonces precedido por Mussolini, “existía una cláusula financiera por la que Italia indemnizaba definitivamente a la Santa Sede con 750 millones de liras en efectivo, y con títulos por un valor hoy equivalente a 1.200 millones de euros. Y que el texto firmado por ambas partes especificaba que la cifra era “muy inferior a la que el Estado habría debido pagar a la Santa Sede”.
El artículo indica que dichos pactos, aceptados por amplia mayoría, “fueron introducidos en la Constitución de la República Italiana en 1947”, y que contaron con la valoración positiva de los historiadores de las más diversas tendencias, y de exponentes políticos como Alcide De Gasperi y Palmiro Togliatti.
Por lo se refiere a las presuntas actividades de la Santa Sede contra los Aliados, L´Osservatore Romano cita el número de diciembre de la revista The Historical Journal, editada nada menos que por la Universidad de Cambridge, firmados por la prestigiosa historiadora Patricia McGoldrick, sobre las actividades financieras del Vaticano durante la segunda guerra mundial.
En el artículo, basado en una serie de documentos de los National Archives británicos --recientemente abiertos al público- demuestra exactamente lo contrario de lo que afirmó The Guardian. O sea que, con legítimas inversiones en tiempo de guerra, realizadas especialmente en Estados Unidos, la Santa Sede apoyó a los Aliados contra el nacionalsocialismo.