"Los nuevos derechos, la deriva antropológica o limitar la presencia pública de la fe": para el Secretario de Estado del Vaticano Pietro Parolin, son los tres grandes desafíos que afronta la Iglesia en Occidente. Entrevistado por la agencia italiana ACI Stampa, detalla que solo la fidelidad de la Iglesia al mensaje de Cristo puede articular una defensa frente a estas amenazas.
Para la autoridad vaticana, la actitud de los tres últimos Papas en el ámbito diplomático se ha caracterizado por una "continuidad" en la que "cada Papa respondió a las necesidades de su tiempo". Sin embargo, los desafíos de la Iglesia se han multiplicado y recrudecido durante los últimos años:
1º Los nuevos derechos
De hecho, Parolin admite que a las autoridades vaticanas les preocupa "profundamente" la cuestión de "los nuevos derechos" LGTB. Y es que esta visión "difiere significativamente - si no sustancialmente- de la cristiana", especialmente por su "concepción de los derechos en forma exclusivamente individualista".
"Esta nueva antropología despoja a la persona de sus tres dimensiones en relación consigo mismo, con Dios y con los demás", enumera.
Por ello, Parolin contempla como una posibilidad la destrucción de "la dignidad del ser humano y su sustancia, haciéndole semejante a una pequeña isla perdida donde no hay posibilidad de relacionarse con nadie".
2º La pérdida de la dignidad
El problema es, además, global, y el mismo Secretario vaticano admite que "existen intentos en curso de una colonización ideológica: los nuevos derechos se dan sobre todo a nivel de organismos internacionales, pero también a nivel estatal", menciona.
Una de las respuestas que debe dar la Iglesia es, a su juicio, poner "atención y amor por el hombre y defender a la persona humana en su dignidad más profunda. Se trata de hablar de derechos con amor al hombre", porque, de lo contrario, las derivas y consecuencias podrían ser irremediables.
Y es que para Parolin es evidente el "malestar general de la sociedad", así como la "incapacidad para relacionarse". Estas, explica, son solo algunas "derivas que surgen de una visión antropológica en la que nos enfocamos por entero a los deseos personales.
3º Una religión escondida
Por último, Parolin observa "una tendencia general en Occidente a relegar la religión a lo privado" que compara en cierta manera a la persecución de los cristianos que se da en otras partes del mundo. Se tiende a limitar su presencia pública relegándola al ámbito privado". Y este, añade, "es el fenómeno más general".
El problema reside no solo en que "la Santa Sede no es escuchada", sino en que también "genera molestia" por cumplir su misión mirando al bien del ser humano.
Para el Secretario de Estado, la defensa de la cosmovisión cristiana frente a estas amenazas pasa por "ser fieles al mensaje que tenemos que transmitir, sin desanimarnos".
"Esa es la actitud que debe tener la Santa Sede, planteando siempre las preguntas con respeto y delicadeza, pero también con mucha claridad. Tenemos que decir nuestra visión, incluso si esta no es aceptada o entendida de inmediato", concluye.