En la catequesis del primer miércoles de Adviento, durante la tradicional audiencia general, Benedicto XVI explicó el sentido de los primeros versículos de la Carta de San Pablo a los Efesios.
El designio de Dios para el hombre, dijo el Papa, es un designio "de benevolencia, de misericordia y de amor": "Existimos desde toda la eternidad en la mente de Dios, en un gran proyecto que Dios guardó dentro de Sí mismo y que decidió actuar y revelar ´en la plenitud de los tiempos´... Por eso nuestra vocación no es simplemente existir en el mundo, estar insertos en una historia, ni siquiera ser sólo criaturas de Dios; es algo más grande: es haber sido elegidos por Dios, aun antes de la creación del mundo, en el Hijo, Jesucristo".
"Dios nos contempla en Cristo como hijos adoptivos", continuó Benedicto XVI, y ese "designio de benevolencia" de la carta a los Efesios, que San Pablo llama también "designio de amor" y "misterio de la voluntad divina", permaneció escondido hasta que se manifestó "en la persona y la obra de Cristo".
"Pero ¿cuál es la finalidad última de este designio misterioso? ¿Cuál es el centro de la voluntad de Dios?". Aquí el Papa evocó a su antecesor Giuseppe Sarto (19031914): "Tal vez alguno de vosotros recuerde la fórmula empleada por el Papa San Pío X para la consagración del mundo al Sagrado Corazón de Jesús, Instaurare omnia in Cristo [Instaurarlo todo en Cristo]", eco del paulino "reconducir a Cristo todas las cosas" (Ef 1, 10).
"En el gran designio de la creación y de la historia", resumió Benedicto XVI al finalizar esta parte de su catequesis vinculada al Año de la Fe, "Cristo se levanta como centro del entero camino del mundo, eje de todo, que atrae hacia Sí toda la realidad, para superar la dispersión y el límite y conducirlo todo a la plenitud querida por Dios".
Tras recordar que "el Adviento nos invita una vez más, en medio de tantas dificultades, a renovar la certeza de que Dios está presente", el Papa concluyó la catequesis en lengua italiana y procedió a la síntesis en distintas lenguas, entre ellas la española, que recogemos a continuación: