Según informa la agencia I.Media, el cardenal Tarcisio Bertone dirigió el pasado 15 de octubre una circular a todo el personal eclesiástico que trabaja en la curia romana y en el vicariato de Roma recordándoles la obligación de "utilizar cotidianamente el hábito eclesiástico (sotana o clergyman) y religioso", especialmente "en una época en la que cada uno está llamado particularmente a renovar la conciencia y la coherencia de su identidad".

Asimismo, el secretario de Estado vaticano advirtió a los jefes de dicasterio y de los diferentes tribunales y servicios de la Santa Sede que deben exigir ese comportamiento a sus subordinados. "Los sacerdotes", continúa el número dos del Papa, "tienen la obligación de llevar hábito según las normas y de forma digna, y en todo el año, en conformidad con el deber de ejemplaridad que incumbe sobre todo a quienes están
al servidio del sucesor de Pedro".

El texto es aún más explícito en referencia a los obispos, pues no basta el clergyman: "Deben ser fieles al uso cotidiano de la sotana en sus horas de trabajo, como forma de animar a los episcopados y a quienes visitan la curia romana y la Ciudad del Vaticano".

El cardenal Bertone no hace sino recordar lo que establece el Código de Derecho Canónico de 1983 en su canon 284: "Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar". Fuentes de la Congregación del Clero explicaron a I.Media que "los fieles tienen derecho a reconocer a los sacerdotes por un traje identificable".

Aparte de la "llamada de atención" que tiene esta nota para los directamente afectados, dichas fuentes destacan la insistencia en la ejemplaridad que se le recuerda al personal eclesiástico vaticano, y en particular a los obispos: deben ser el espejo en que se miren los demás obispos, sacerdotes y religiosos... para cumplir ellos también esa obligación.