Un movimiento eclesial marcado por la espiritualidad de Cristo Rey, que actúe en el contexto de la “nueva evangelización”. Así imagina el cardenal Velasio De Paolis el futuro del Regnum Christi.
Una obra que reúna bajo un mismo “paraguas apostólico” a los Legionarios de Cristo, a consagrados y consagradas, a fieles laicos casados y célibes. Pero, para asegurar el futuro de esta realidad eclesiástica, su “nuevo carisma” deberá estar desligado lo más posible de su inmoral fundador. Un desafío difícil para una institución modelada hasta el más mínimo detalle por Marcial Maciel Degollado.
Dos años atrás De Paolis fue designado por el Papa para encabezar el proceso de reforma a la Legión y a su brazo laico, el Regnum Christi. Una tarea titánica no exenta de dificultades, especialmente por el “tsunami” que significó el reconocimiento de la Santa Sede a los abominables actos de Maciel, abusos sexuales a menores e hijos ilegítimos incluidos.
Ante la magnitud del escándalo, Benedicto XVI fue claro en pedir una “profunda revisión”. Y en ese aspecto resulta fundamental el debate sobre el carisma. Si el fundador fue un hombre sin escrúpulos, ¿pudo recibir, de todas maneras, la inspiración divina para crear un camino hacia la santidad? Para el delegado pontificio parece que sí. Lo dejó en claro en una carta fechada el 19 de octubre y enviada a todos los miembros.
“(Es) oportuno tener presente que el carisma es considerado un don extraordinario del Espíritu Santo a la Iglesia para que ella pueda construirse en las diversas circunstancias de la historia en que vive. Es una llamada de gracia, a través de la mediación de una persona llamada fundador. Pero el carisma no se identifica con la persona del fundador, y mucho menos con su santidad o con su pecado. El carisma es un don hecho a la Iglesia y ella, mediante la legítima autoridad, lo reconoce como propio”, escribió.
Con esas palabras el purpurado puso distancia entre la persona de Maciel y la “inspiración” por él recibida la cual, a su decir, existió. Y no sólo. Según esta idea el fundador alcanzó a transmitir parte de esa iluminación a sus discípulos. He ahí el carisma verdadero del Reino, que ha formado una gran familia religiosa.
Por eso De Paolis señaló: “El Papa, mientras reconoce este carisma, pide también su revisión por las circunstancias históricas en las que se ha desarrollado. Ésta es nuestra tarea. No crear cosas nuevas, sino revisar lo que se ha recibido para una mejor comprensión y una mayor profundización y también, si fuera necesario, una purificación”.
Así las cosas un texto del carisma deberá ser discutido, puesto por escrito y aprobado por una asamblea en un futuro aún no definido. Será una especie de “norma fundamental” o “regla”. A él deberán luego adecuar sus estatutos internos todos los componentes del Regnum Christi: Legionarios, consagrados y laicos. Así se conformará el nuevo rostro de este movimiento. Nuevo en teoría, porque recuperará elementos del pasado.
En un documento oficial de cuatro páginas, entregado a todos los miembros, se anticiparon los trazos fundamentales del Regnum Christi que vendrá. Será “un movimiento eclesial de apostolado cuyos miembros, según su condición y estado de vida en la Iglesia, buscan vivir su vida cristiana a la luz del misterio de Cristo Rey (...) Promueve la experiencia fuerte y personal del amor de Cristo y busca que Él reine en el corazón de los hombres y en la sociedad, de acuerdo con las exigencias de la justicia y caridad cristianas. De esta manera, la actualidad del carisma se sitúa en el contexto de la nueva evangelización, especialmente en la sociedad fuertemente secularizada de hoy”. Esta es una propuesta, al menos por ahora.
Roma, 19 de octubre de 2012
«A los Legionarios de Cristo y a los miembros del Regnum Christi,
»En mi carta del 11 de julio a los miembros del Regnum Christi y de los Legionarios de Cristo anuncié que habíamos “llegado a la decisión de organizar un breve pero intenso período de reflexión común entre los Legionarios de Cristo y los demás miembros del Regnum Christi” tomando como punto de partida un texto que podría ser algo como “un “estatuto general” o “norma fundamental”, o una “regla” común a todos los miembros del Regnum Christi, incluidos los Legionarios”. Esta exigencia brotaba del hecho que se había tomado conciencia de que “es necesario reflexionar sobre los diversos componentes del Regnum Christi partiendo de la historia, de la identidad, del espíritu y de la misión comunes y según el papel particular que corresponde a cada parte en el conjunto”.
»Encargué entonces la redacción de un primero borrador del texto a una comisión especial dentro de la Comisión Central para la revisión de las Constituciones. Éste debería ser elaborado con la participación de representantes de todos los componentes [del Regnum Christi] y teniendo en consideración las aportaciones de la “fase iluminativa” de los miembros consagrados y otras propuestas que nos hicieron llegar miembros del Regnum Christi de diversas partes del mundo.
»Durante el mes de septiembre tuvo lugar un importante encuentro en Roma en el que se reunieron representantes de la Legión, de las consagradas y los consagrados del Regnum Christi. Quisimos escuchar el testimonio personal de quienes han vivido el carisma del Regnum Christi. Fue una experiencia enriquecedora para todos poder escuchar los corazones abiertos que narraban su propio encuentro personal con Jesús que ha cambiado sus vidas en el Regnum Christi. Nos ha confirmado en la conciencia de que el carisma existe y lo viven quienes participan de él.
»Después de esta reunión he encargado al padre Ghirlanda la tarea de completar la redacción final del texto, basándose en el trabajo de la Comisión y de lo que salió a la luz durante el encuentro que acabo de referir. Colaboraron en él el responsable general de los consagrados, la responsable general de las consagradas, el Padre Vicario de los Legionarios, P. Sylvester Heereman, el P. Roberto Aspe y el Secretario general de los Legionarios para elaborar un texto en pocas páginas. El resultado ha sido un texto que he examinado con mis consejeros y, después de alguna leve modificación más bien marginal, me ha parecido adecuado al fin que buscamos y lo he aprobado.
»Con esta carta acompaño la entrega de la redacción final del texto, que no tiene necesidad de una larga explicación. Este documento se forma parte del proyecto de revisión de las Constituciones de los Legionarios y de los Estatutos de los diversos componentes del Regnum Christi (tercer grado – personas consagradas y primer y segundo grado). Se trata de un texto no definitivo; pero sí contiene los lineamientos esenciales para configurar el carisma común del Regnum Christi. Se comprende fácilmente que cualquier formulación hecha con palabras humanas de un don de Dios, como es un carisma, será siempre limitada y podrá ser siempre perfeccionada. Se puede esperar que un día una asamblea representativa de todas las componentes del Regnum Christi podrá aprobar un texto definitivo y oficial sobre el carisma. Mientras tanto, la reflexión sobre este texto será útil y enriquecedora para los diversos componentes del Regnum Christi que podrán así comprender mejor la plataforma común que los une.
»El texto no pretende hacer innovaciones al carisma mismo del Regnum Christi ni de las partes que lo componen. Más bien busca esclarecerlo, asimilarlo y profundizar en él, según lo que el mismo Sumo Pontífice nos pide cuando habla de la necesidad de “una profunda revisión del carisma del Instituto” y de la revisión de las Constituciones como nuestra “tarea principal”.
»Nos encontramos ahora en la segunda fase del proceso de revisión y reflexión al que todos están llamados. A partir de estos Lineamientos esenciales, cada componente del Movimiento (Legionarios, personas consagradas, fieles casados o célibes) revisará la normativa que los rige, según su propia condición en la Iglesia: las Constituciones para los Legionarios, los Estatutos para las demás componentes.
»Es necesario comprender y organizar mejor la componente del Regnum Christi que conforma el primer y segundo grado. Les aseguramos que estamos trabajando en esta línea y esperamos poder ofrecerles pronto una propuesta precisa. El texto de los Lineamientos es el punto de partida, constituye la base común de todas las categorías, y hay que tenerlo presente y partir desde ahí para la revisión de la normativa propia.
»Un tercer momento de la revisión deberá delinear también la colaboración entre las distintas componentes, especialmente en lo que ve a la espiritualidad y al compromiso apostólico del Regnum Christi, según el carisma común. Por lo tanto, el camino parte de una base común (los Lineamientos), pasa después a la revisión de la propia normativa, precisando la identidad y, por lo mismo, la distinción de cada grupo, y regresa a la unidad al precisar la colaboración en la actividad apostólica dentro del único Movimiento Regnum Christi, en el cuál se deben reconocer las diferentes componentes según la identidad propia de cada una.
»Puede ser útil recordar que forma parte del carisma sólo lo que es aprobado por la Iglesia. Conviene tener presente que el carisma es considerado un don extraordinario del Espíritu Santo a la Iglesia para que Ella pueda construirse en las diversas circunstancias de la historia en que vive. Es llamada una gracia gratis data, a través de la mediación de una persona llamada fundador. Pero el carisma no se identifica con la persona del fundador, y mucho menos con su santidad o con su pecado. Un carisma es un don hecho a la Iglesia y Ella, mediante la legítima autoridad, lo reconoce como propio. Son elementos constitutivos del carisma sólo aquellos reconocidos como tales por la misma autoridad eclesiástica. El Papa, mientras reconoce este carisma [del Regnum Chirsti], pide también su revisión por las circunstancias históricas en las que se ha desarrollado. Ésta es nuestra tarea. No crear cosas nuevas, sino revisar lo que se ha recibido para una mejor comprensión y una mayor profundización y también, si fuera necesario, una purificación. Por lo demás, el carisma, por su propia naturaleza, está ligado a la historia y a sus contingencias; contiene una riqueza que está llamada a desarrollarse y adaptarse a las diversas situaciones de la historia sin perder su esencia, sin disolverse. En esta profundización, el papel principal corresponde a las Instituciones que brotan y se inspiran de este carisma.
»Agradezco a todos por la colaboración y el esfuerzo y les deseo todo bien en el Señor. Que su gracia nos ilumine y sostenga. Mantengámonos unidos en la oración,
»Devotísimo en el Señor,
+ Velasio Card. De Paolis, c.s».