Gabriele, condenado el pasado 6 de octubre a un año y medio de cárcel por "robo agravado" de cientos de documentos confidenciales, tomaba al parecer fotos y vídeos con su teléfono móvil del Papa, según el diario Il Corriere della Sera.

El Tribunal del Vaticano, que condenó al acusado a tres años de prisión, pero que redujo la pena a la mitad al concederle varios atenuantes, podría cambiar ahora la sentencia.

Gabriele, de 46 años, permanece en arresto domiciliario con su familia dentro del Vaticano y no se excluye que el Papa decida otorgarle la gracia.

El juicio al mayordomo del Papa dejó más interrogantes que respuestas sobre el llamado "Vatileaks", el caso de divulgación de documentos confidenciales del Vaticano que, según los analistas, no se puede todavía dar por concluido.

El juicio puso al descubierto un ambiente de descontento y frustración en el círculo cercano al Papa, y no disipó la sospecha de algunos observadores de que detrás del caso se estaba organizando un complot.

El presunto cómplice de Gabriele, el informático Claudio Sciarpelletti, aún debe ser juzgado, y también se están investigando delitos más graves, como la violación de secretos pontificales o la difamación.