El Papa Francisco ha ordenado este domingo en la Basílica de San Pedro a 19 nuevos sacerdotes. Ocho provienen del Seminario Redemptoris Mater de Roma, 1 del Seminario Mayor de Roma, 8 de los Hijos de la Cruz, 1 de la Diócesis de Hinche y otro de los Discípulos de Cristo.
Durante su homilía, el Papa Francisco quiso resaltar la importancia de la Eucaristía. Por ello, recordó a los futuros sacerdotes: “El Señor ha querido salvarte gratuitamente. Él mismo os ha dicho: ‘Dad gratis aquello que gratis habéis recibido’. La celebración de la Eucaristía es el sumun de la gratuidad del Señor’. Por favor, no la ensuciéis con intereses mezquinos”.
El Papa le pidió estar “atentos en la celebración de la Eucaristía” y reconocer “siempre aquello que hacéis, imitad aquello que celebráis, porque participando en el misterio de la muerte y resurrección del Señor lleváis la muerte de Cristo sobre vuestros hombros y camináis con Él en unidad de vida”.
"Partícipes del Ministerio de Cristo"
Francisco hizo igualmente hincapié ante los nuevos sacerdotes que a partir de ahora “seréis partícipes de la Misión de Cristo, único Maestro”. El orden sacerdotal –dijo a los 19 jóvenes- “no es una asociación cultural, no es un sindicato. No. Hoy seréis partícipes del Ministerio de Cristo”.
“Dispensad a todos aquella Palabra de Dios que vosotros mismos habéis recibido con alegría, y para eso leed y meditad asiduamente la Palabra del Señor, para creer aquello que habéis leído, enseñar aquello que habéis aprendido en la fe, vivir según aquello que habéis enseñado. Nunca se puede hacer una homilía, una meditación sin oración con la Biblia en la mano”, les exhortó el Santo Padre.
Por otro lado, el Pontífice también pidió a los nuevos sacerdotes que “sea también vuestra doctrina alimento para el pueblo de Dios. Cuando viene del corazón, cuando nace de la oración, es muy fecunda. Sea alegría y sostengo de los fieles de Cristo, perfume de vuestra vida, hombres de oración, hombres de sacrificio. Porque con la Palabra y el ejemplo edificáis la casa de Dios, que es la Iglesia”.
Ser misericordiosos
Siguiendo el recorrido de la vida sacerdotal, Francisco explicó que “con el Bautismo agregaréis nuevos fieles al pueblo de Dios. Con el sacramento de la penitencia, perdonaréis los pecados en nombre de Dios, de Cristo, de la Iglesia. Y por favor, aquí os pido que no os canséis de ser misericordiosos, como el Padre, como Jesús ha sido misericordiosos con nosotros. Con el santo óleo daréis alivio a los enfermos. Perded el tiempo en visitar a los enfermos”.
Otra de las peticiones que hizo a los nuevos sacerdotes fue: “Conscientes de ser santos elegidos entre los hombres y constituidos en su favor para atender a las cosas de Dios, ejercitad con alegría y caridad, con sinceridad la obra sacerdotal de Cristo. Tratad únicamente de agradar a Dios, y no a vosotros mismos. La alegría sacerdotal sólo se encuentra sobre este camino, tratando de agradar a Dios, que te ha elegido”.
“En fin, participando en la Misión de Cristo, cabeza y pastor, en comunión filial con vuestro Obispo, comprometidos en unir a los fieles en una única familia. Esta cercanía propia del sacerdote: cercano a Dios en la oración; cercano al Obispo, que es vuestro padre; cercano al presbiterio, a los otros sacerdotes, como hermanos; y cercano al pueblo de Dios”, concluyó.