Al final de la ceremonia de esta mañana, en la que proclamó doctores de la Iglesia a San Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Binguen, el Papa dirigió el rezo del Ángelus, invitando a todos a orar por los trabajos del recién inaugurado Sínodo de los Obispos.
Y no sólo con el Credo, a cuya recitación durante el próximo Año de la Fe estarán vinculadas diversas indulgencias plenarias, sino sobre todo con el Rosario.
"Queridos hermanos y hermanas,ahora nos dirigimos en oración a María Santísima, que hoy veneramos como Reina del Santo Rosario", dijo Benedicto XVI: "En este momento, en el Santuario de Pompeya, es elevada la tradicional Súplica, a la que se unen innumerables personas en el mundo entero. Mientras también nosotros nos asociamos espiritualmente a esa coral invocación, quisiera proponer a todos el valorizar la oración del Rosario en el próximo Ano de la Fe".
Con el Rosario, explicó, "nos dejamos guiar por María, modelo de fe, en la meditación de los misterios de Cristo, y día a día somos ayudados a asimilar el Evangelio, de tal manera que pueda dar forma a toda nuestra vida. Por lo tanto, tras la huellas de mis predecesores, en particular del Beato Juan Pablo II quien hace diez años nos dio la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, invito a rezar el Rosario personalmente, en familia y en comunidad, colocándonos en la escuela de María, que nos conduce a Cristo, centro vivo de nuestra fe".