"Nadie ha maltratado nunca a Paolo Gabriele, el mismo ha agradecido siempre a la gendarmería el trato recibido". Así lo ha dicho Luca Cintia, responsable de la custodia del exmayordomo papal, escuchado ayer como testigo en la tercera audiencia del proceso en el Vaticano por robo con agravantes de documentos reservados. Los testigos escuchados ayer han sido cuatro, todos llamados por la defensa como los de antes de ayer.
Son documentos reservadísimos con firma autógrafa del Papa, algunos con la indicación expresa de ser destruidos, documentos de la Curia romana, de la organización de la Iglesia, actas cifradas de la Secretaría de Estado, "documentos relativos a la privacidad y la vida familiar de Benedicto XVI", "cartas escritas por cardenales al Papa para hacer propuestas o pedir consejo", "respuestas del Papa a los cardenales", "documentos cifrados".
En suma, "muchos más documentos de los publicados en el libro" de Gianluigi Nuzzi, "Sua Santità". Los testimonios, todos concordantes, han reconstruido la perquisición de 23 de mayo pasado en la vivienda, situada en el Vaticano, del mayordomo del papa.
Se encontró un archivo inmenso con "centenares de miles de páginas". Los militares precisaron que iniciaron la investigación "sólo con el fin de encontrar el material hecho público por el libro de Nuzzi" y que solo en un segundo momento "se dieron cuenta de la gravedad del asunto".
"Cerca de mil son los documentos robados", entre originales y copias escondidos entre folios relativos a temas como: masonería, esoterismo, Logia P2, P4, sobre el caso Bisignani, sobre el caso Calvi; también se encontraron documentos sobre Berlusconi y el llamado Vatileaks; páginas sobre el IOR, búsquedas sobre yoga, budismo y cristianismo.
También documentos en soporte electrónico (fueron incautados un pc, dos o tres ordenadores portátiles, un iPad, un disco duro, una play station y una tarjeta de memoria) y material de investigación escolar de los tres hijos de Gabriele.
Entre el material, había también textos sobre cómo esconder documentos o fotografías en formato electrónico, grabar y hacer videos, y usar "el móvil de modo velado".
Los hombres de la Gendarmería han hecho hincapié en que usaron todas las cautelas del caso durante el registro e invitaron a la familia Gabriele a salir de la casa, de manera de reducir lo más posible el malestar a sus hijos y su mujer.
Confirmada, por parte de los interrogados, la originalidad de muchos documentos: bastantes veces, el presidente del tribunal, Dalla Torre, ha preguntado si habían visto personalmente actas originales durante el registro o después, tras la incautación de las 82 cajas de material en papel e informático.
Respecto a la comprobación de la violación de los estándares de encarcelamiento, sobre el que se abrió ayer, por iniciativa del promotor de justicia Nicola Picardi, un expediente aparte, Luca Cintia, encargado de la custodia de Paolo Gabriele, subrayó que "nunca ha faltado nada al imputado y que ha sido tratado en el mejor modo posible, tanto que --añadió- el mismo Gabriele ha dado siempre las gracias".
Se precisó también que el jefe de la Gendarmería vaticana, Domenico Giani, había dado enseguida disposiciones para tutelar a Gabriele y a su familia. El presidente del tribunal, recordando que la comprobación de la violación de los estándares de encarcelamiento era objeto de otro procedimiento, encaminado a comprobar lo sucedido pero tambien si hubo eventuales declaraciones falsas, precisó de lo ya comprobado resulta que Gabriele tuvo una serie de garantías como visitas familiares, asistencia espiritual y médica.
Situación embarazosa para la abogada de Gabriele, Cristiana Arru, interrogada al término de la audiencia por los periodistas sobre cómo eran conciliables las declaraciones de antes de ayer --en las que Gabriele habló de presiones y dijo haber estado en los primeros días de detención en una celda en la que no podía alargar los brazos y en la que la luz se encendía continuamente- con las que hizo en julio en rueda de prensa, la misma Arru, en Radio Vaticano, en las que precisó el buen trato y las buenas condiciones de su defendido en los primeros días de detención. Cristiana Arru respondió: aquellas "declaraciones se referían a aquél día, a aquel momento".
La atención se dirige ahora al sábado próximo cuando tendrá lugar la requisitoria del promotor de Justicia, la arenga de la defensa, las eventuales réplicas y la intervención probable de Gabriele, antes de que se reúna la Cámara del Consejo.