"La visita del Papa es hoy más necesaria que nunca. No me habría gustado que se anulara o se pospusiera a la luz de los últimos acontecimientos en el Líbano y en la región". El jeque Mohammed al-Nokari ha sido durante años el "jefe de gabinete" del Gran Mufti del Líbano. Hoy ocupa el cargo de juez en el tribunal religioso sunita de Beirut y enseña en la Universidad Jesuita de Saint Joseph. Ha sido uno de los primeros promotores de la fiesta de la Anunciación, introducida por el gobierno de Beirut como fiesta "nacional cristiano-islámica".
Los conflictos regionales están lacerando profundamente a la sociedad libanesa. De ahí la importancia de que una persona estimada por todos como es la figura de Benedicto XVI, venga al Líbano para recordarnos la necesidad de ser libaneses por encima de cualquier otra consideración política o religiosa, y de permanecer radicados en nuestra tierra, fieles al mensaje de convivencia que ésta puede llevar al mundo entero.
Como miembro del Forum Multirreligioso Encuentro alrededor de María participo en diversos eventos. Mañana por la noche, por ejemplo, cuatro marchas a la luz de las velas, provenientes de los cuatro puntos cardinales convergerán con música y cantos en la plaza delante del Museo Nacional de Beirut, que ha sido rebautizada oficialmente como Plaza María. Junto a la palabra del Papa que va de la tierra al Cielo, también necesitamos una palabra que venga del Cielo a la tierra a través de la figura de María.
Me impresionó mucho escuchar al Papa citar en su discurso las indicaciones dadas por el Concilio Vaticano II respecto a la relación con el Islam. Desde entonces se ha producido una sorprendente evolución, como la memorable visita papal a Turquía (en el 2006) que dio un nuevo empuje al diálogo entre la Santa Sede y el Islam. Estoy seguro de que esta visita al Líbano también dará un posterior impulso a la relación entre las dos religiones y dejará una buena impresión en el corazón de todos los musulmanes.
Las experiencias comunes parten necesariamente de esta tierra. Tenía razón Juan Pablo II al definir al Líbano "el país mensaje". Este mensaje lo constato personalmente como docente en la Universidad Jesuita. En el curso de Formación para el Diálogo en el que participan estudiantes musulmanes y cristianos, alterno con un docente cristiano. Cuando yo hablo del Islam, el docente se sienta entre los estudiantes, cuando habla él de cristianismo soy yo el estudiante.
Más bien hago una petición. Me gustaría que el Papa dirigiera un agradecimiento al gobierno libanés por haber acogido nuestra propuesta de introducir la fiesta de la Anunciación. Es un hecho sin precedentes en los anales del diálogo entre las dos grandes religiones. También me gustaría que la Santa Sede apoyase nuestro proyecto de crear en el Líbano un centro mariano internacional abierto a estudiosos cristianos y musulmanes.