Nunca se ha considerado cancelar la visita papal a la República Libanesa y «las tensiones en aumento en la zona, lejos de desanimar a Benedicto XVI, han hecho más urgente su deseo de visitar el país, para promover la paz y expresar su profunda solidaridad a todos». Es lo que afirmó el cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone a pocos días del viaje papal al Medio Oriente. El cardenal concedió una larga entrevista a “Le Figaro”, que será publicada en la edición de mañana, pero que está disponible desde hoy en el sitio web del periódico francés.
El principal colaborador del Papa habló sobre la crisis Siria: «El Santo Padre sigue con enorme preocupación la dramática situación en la que vive el pueblo sirio. Desde hace más de un año, el Papa ha multiplicado sus llamados públicos por la paz, la reconciliación, la unidad del pueblo sirio. Ha hecho todos sus esfuerzos para una solución diplomática».
El cardenal también habló sobre el viaje a El Líbano e indicó que «las informaciones que recibimos nos aseguran que hay una grande expectación por la visita del Papa por parte de todos los libaneses y de todas las comunidades». Bertone también explicó que se han tomado medidas especiales de seguridad.
Después, el cardenal respondió a la objeción de todos los que consideran que la Santa Sede ha sido demasiado prudente en sus pronunciamientos sobre Siria: «Al inicio de esta crisis, el Papa condenó con toda su fuerza la violencia y las pérdidas de vidas humanas. Con la misma fuerza, Benedicto XVI afirmó las legítimas aspiraciones del pueblo sirio. Ha invitado en repetidas ocasiones a todos los líderes a abstenerse de la violencia y a comprometerse en la vía del diálogo y de la reconciliación».
Bertone explicó que la «posición de la Iglesia no es neutral, sino simplemente clara: ¡la violencia provoca solo más violencia! La violencia genera muerte» y deja «profundas cicatrices» en el «corazón de la nación siria que se sentirán por muchos años».
Por ello, explicó el Secretario de Estado, «la Santa Sede pide el inmediato cese de toda violencia, para que prevalezca el diáogo y que se evite el sufrimiento de la población».
El cardenal también habló de la exhortación apostólica post-sinodal, dedicada al Medio Oriente, que Ratzinger firmará en el Líbano: «El Papa no es un comentarista político. Esperar que la exhortación sea una especie de interpretación socio-política de la “primaavera árabe”, o incluso un programa político específico para los cristianos, significa malinterpretar la enseñanza del Santo Padre. La exhortación será más bien un mensaje de esperanza y de ánimo para todos los católicos del Medio Oriente, para que puedan ofrecer su precioso aporte en las diferentes sociedades en las que viven».
Cuando le preguntaron si el documento, fruto del Sínodo de octubre de hace dos años, no ha sido superado por las circunstancias actuales, Bertone respondió: «en otoño de 2010 se plantearon públicamente cuestiones muy específicas (a veces inquietantes) sobre la libertad, la democracia, la justicia, el estado de derecho...», elementos que, según el cardenal, «anticiparon de alguna manera las aspiraciones de la “primavera árabe” de 2011».
«Benedicto XVI ha seguido con gran atención la evolución de la “primavera árabe” –añadió Bertone. El Papa está muy informado sobre la situación. Cuando los jefes de estado y primeros ministros van a una audiencia con él, siempre se sorprenden de su nivel de conocimiento sobre las cuestiones. Para el Papa, promover la dingindad humana y los derechos humanos es la estrategia más eficaz para construir el bien común, base de la convivencia social».
Bertone también añadió que Benedicto XVI considera que «la democracia [...] llevará un mayor respeto de los derechos humanos y un mejor desarrollo de la sociedad en todos sus niveles. Pero insiste también en que la religión y sus valores son un elemento importante del tejido social. La religión también es un derecho humano fundamental y es inconcebible para el Papa que se prive a los cretentes de una parte de sí mismos (su fe) para ser ciudadanos activos».
En la entrevista con “Le Figaro”, el cardenal también habló sobre el Islam. Afirmó que las decisiones definitivas «para la libertad de consicencia, la libertad religiosa, el respeto y el diálogo» presentes en las cúpulas deben pasar al nivel popular, a las personas que, «a veces están bajo la influencia de grupos fundamentalistas». Pero Bertone ha rechazado con insistencia la hipótesis de un choque de civilizaciones con el islam: «¡Estamos en contra de ello!».