Ettore Balestrero, subsecretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado vaticana, expresó este miércoles la "satisfacción" de la Santa Sede ante el resultado del examen del Consejo de Estado (el informe Moneyval) sobre los mecanismos de prevención del reciclaje de dinero y de financiación del terrorismo adoptada por la Santa Sede y el estado de la Ciudad del Vaticano.
El Instituto de Obras para la Religión (IOR), conocido como Banco del Vaticano, cumple 9 de las 16 recomendaciones fijadas para todo el sistema financiero europeo por el Consejo de Europa, y ha recorrido "un largo camino en muy poco tiempo", según el informe.
Entre los puntos fuertes del IOR, se señalan la prevención y lucha contra el blanqueo, las medidas de confiscación o la cooperación internacional. Se le pide, sin embargo, que mejore la "evaluación de riesgos" relacionados con el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, así como una supervisión más independiente.
En su intervención ante los medios, monseñor Balestrero recordó que el Vaticano no es un centro financiero, sino un Estado con un pequeño territorio y escasa población y sin economía de mercado, por lo que todas las operaciones financieras "se desarrollan para apoyar obras de caridad o de religión".
Balestrero afirmó que además del "compromiso técnico" de cumplimiento de las normas internacionales de prevención, se añadía un "compromiso moral". Y enumeró las medidas adoptadas por Benedicto XVI para cumplirlas: el 30 de diciembre de 2010 aprobó la ley 127 para luchar contra el blanqueo de dinero en las instituciones financieras del Vaticano, que entró en vigor el 1 de abril de 2011, y para cuya aplicación se creó la Autoridad de Información Financiera, que es a la que el informe Moneyval pide mayor independencia. En cualquier caso, señaló Balestrero, el 25 de enero de 2012 se perfeccionó esa ley "con el objetivo de hacer más efectiva la cooperación entre las autoridades competentes".
El nuevo reglamento -precisó- introduce una verificación adecuada de la clientela, la identificación de las operaciones sospechosas y refuerza la cooperación internacional, incluido el intercambio de informaciones con el extranjero. Asimismo, añadió, en materia penal han introducido una amplia definición de los delitos de reciclaje y financiación del terrorismo, se ha reforzado los poderes de los Tribunales vaticanos y se han aumentado las sanciones para los que violen esa ley.
Balestrero reconoció que todavía la normativa "puede ser mejorada" y que ya han tomado medidas.
Entre éstas citó la creación de una lista de sujetos considerados como terroristas, en línea con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la revisión del ordenamiento penal, para modernizarlo y la ratificación de tratados internacionales.
"Tras la valoración (de Moneyval) reforzaremos el sistema en su totalidad. Este informe no es el final, sino el principio de nuestro constante compromiso moral", dijo Balestrero.
El informe de Moneyval se ha conocido dos meses después de que el pasado mayo, el Consejo Supervisor del IOR destituyera de manera fulminante al presidente de la entidad, el italiano Ettore Gotti Tedeschi, "por no haber desarrollado funciones de primera importancia para su cargo" y al estar "preocupado" por su gestión.
Gotti Tedeschi es investigado desde septiembre de 2010 por la Fiscalía de Roma por supuesta violación de la prevención del blanqueo de dinero por operaciones bancarias que preveían la transferencia de 20 millones de euros a la JP Morgan de Fráncfort y de otras tres entidades a la Banca del Fucino.