Este martes se hizo público el nombramiento de Augustine Di Noia como vicepresidente de la comisión Ecclesia Dei. El arzobispo dominico era hasta el momento secretario de la Congregación para el Culto Divino.
Posteriormente, la Santa Sede ha hecho público un comunicado en el que -cosa no insólita, pero sí infrecuente en las costumbres de la Curia- explica las razones del nombramiento. Y se entienden en clave de las conversaciones que está manteniendo el cardenal William Levada, prefecto de la Congregació para el Culto Divino, con el obispo Bernard Fellay, superior general de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, con vistas a la normalización canónica de esta congregación.
Por un lado, señala el comunicado, por el "alto rango" de monseñor Di Noia, un signo de la "solicitud pastoral del Santo Padre por los católicos tradicionalistas". En segundo lugar, por "el amplio respeto de que goza en la comunidad judía", inquieta ante dicha normalización a raíz de las declaraciones del obispo Richard Williamson cuesionando la veracidad histórica del Holocausto.
De hecho, recientemente el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, recibió al vicepresidente del Bundestag, Wolfgang Thierse, con la misma intención.
Benedicto XVI ha nombrado al arzobispo Augustine Di Noia O.P.,como vicepresidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei. El nombramiento de un prelado de alto rango en este puesto es un signo de la solicitud pastoral del Santo Padre por los católicos tradicionalistas en comunión con la Santa Sede y de su fuerte deseo de reconciliación con aquellas comunidades tradicionalistas que no están en comunión con la Sede de Pedro. El presidente de la Comisión es el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal William J. Levada.
La Pontificia Comisión Ecclesia Dei fue fundada en 1988 por el beato Juan Pablo II para facilitar la "plena comunión eclesial de sacerdotes, seminaristas, comunidades religiosas o individuos hasta ahora ligados de distintas formas con la Fraternidad fundada por el arzobispo Lefebvre" y para promover la atención pastoral de los fieles que siguen la antigua tradición litúrgica latina de la Iglesia Católica. En 2009, la Pontificia Comisión se vinculó estructuralmente con la Congregación para la Doctrina de la Fe para tratar las cuestiones doctrinales en el diálogo permanente entre la Santa Sede y la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X.
El arzobispo Di Noia, respetado teólogo dominico, ha dedicado mucha atención a estas cuestiones doctrinales, así como a la prioridad de la hermenéutica de la continuidad y la reforma en la correcta interpretación del Concilio Vaticano II; un área de importancia crítica en el diálogo entre el Santa Sede y la Fraternidad Sacerdotal. Bajo la dirección del Cardenal Levada, con la asistencia de Mons. Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión, este diálogo ha sido constante durante los últimos tres años.
Previamente, el arzobispo Di Noia había sido secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en la que junto con el prefecto, el cardenal Antonio Cañizares, supervisó la reorganización del dicasterio y la preparación de un nuevo Regolamento siguiendo las indicaciones del motu proprio Quaerit Semper de Benedicto XVI (30 de agosto de 2011). La experiencia y la continua colaboración del arzobispo Di Noia con la Congregación para el Culto Divino facilitará el desarrollo de determinadas disposiciones litúrgicas durante la celebración según el Missale Romanum de 1962.
Además, el amplio respeto de que goza el arzobispo Di Noia en la comunidad judía contribuirá a solucionar algunos problemas que han surgido en el ámbito de las relaciones católico-judías durante los progresos del camino hacia la reconciliación de las comunidades tradicionalistas.