Benedicto XVI se reunió con el presidente de Bulgaria, Rosen Plevneliev. Ya es tradicional que cada 24 de mayo, fiesta de los santos Cirilo y Metodio, el Papa reciba al presidente búlgaro.

Durante el intercambio de regalos, el Papa se sorprendió cuando le dijeron que el regalo del presidente no cabía en la sala.

Tuvo que salir al pasillo para ver este huevo de Pascua de acero que pesa 200 kilos y mide dos metros de altura. 15 joyeros han dedicado dos años a hacer esta obra de arte que tiene incrustaciones de oro y 2.000 rubíes.

Además varios representantes de la Iglesia ortodoxa búlgara obsequiaron al Papa con un icono.

Durante este encuentro, Rosen Plevneliev y Benedicto XVI hablaron en alemán, la lengua materna del Papa.

Más tarde, el Papa recibió a Nikola Gruevski, el primer ministro de Macedonia, acompañado por una delegación de su país. Gruevski también se reunió con el Secretario de Estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.