La Santa Sede, concretamente el secretario de Estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, no permitió que la Nunciatura Apostólica en Madrid fuese utilizada como sede para que el Gobierno y los terroristas de ETA negociaran la posible tregua unilateral.
Así lo revela un mensaje cifrado del secretario de Estado con instrucciones detalladas al nuncio en España, Renzo Fratini. Dicho mensaje, fechado el 10 de enero del 2011, aparece en el libro "Los papeles secretos de Benedicto XVI" sobre documentos confidenciales del Vaticano filtrados ("Vatileaks"), recientemente publicado en Italia.
La propuesta, que surgió del entorno abertzale, habría de contar con el visto bueno del Gobierno, la Iglesia, y la oposición, situación que no llegó a realizarse.
La comunicación refleja que el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, era también contrario al uso de la Nunciatura para esa negociación.
El Vaticano recuerda al nuncio que "es también útil tener presente" que el vicepresidente y ministro del Interior de ese Gobierno, "el honorable Rubalcaba", había afirmado recientemente que "dicha organización no debe declarar ninguna tregua, sino sólo disolverse".
El cardenal Bertone indica además al nuncio "que contacte con el honorable Jaime Mayor Oreja, para escuchar su parecer sobre la situación actual de ETA y sus verdaderos objetivos. La conversación con el Parlamentario será útil porque, en el futuro, esa Nunciatura Apostólica podría recibir propuestas análogas pese al presente rechazo".
Asimismo, el Vaticano indica al nuncio que continúe brindando información sobre el tema y adelanta que nunca se tomaría una decisión sin contar con el beneplácito simultáneo de Gobierno y oposición.
Finalmente, el cardenal secretario de Estado señala al nuncio Fratini que "sería necesario poner a la mencionada organización, como condiciones previas, la entrega de las armas y la petición de perdón por todos los crímenes cometidos durante varias décadas de lucha terrorista armada".