La mañana de este 30 de septiembre fueron creados 21 nuevos cardenales por el Papa Francisco en el que ha sido su noveno consistorio, de los cuales 18 son electores y 3 no electores. Con ellos, el colegio cardenalicio asciende a los 242 representantes, de los cuales un total de 137 son electores
De los recién creados, tres españoles (José Cobo, Fernández Artime), aunque uno ejerce en una diócesis francesa (Francisco Bustillo). En total, 15 españoles integran el colegio cardenalicio. Es el segundo país con más electores.
La ceremonia estuvo marcada por la imposición de birretes, la consigna del anillo y la asignación del título o la diaconía. El consistorio fue anunciado el pasado 9 de julio por el Papa Francisco, con la intención de reforzar "la universalidad de la Iglesia" y "el vínculo inseparable entre la Sede de Pedro y las Iglesias particulares extendidas por todo el mundo".
La ceremonia comenzó con un saludo inicial del Papa Francisco, seguido por las palabras del Prefecto del Dicasterio para el Clero, Mons. Robert Francis Prevost.
En nombre de los nuevos cardenales, Prevost agradeció una elección que les permitirá "estar cada vez más al servicio de la misión de anunciar con alegría el Evangelio". Del mismo modo, valoró ser dignatarios de la confianza de Francisco y con ella "poder expresar un discernimiento útil para el complejo gobierno de la Iglesia".
Prevost anunció su deseo compartido de "buscar la radicalidad evangélica en todas las decisiones" que tomarán como cardenales, así como de orientar su pensamiento y obras "hacia una lectura de la Iglesia" desde la misión de "comunicar el amor y la misericordia de Dios".
El neocardenal Robert Francis Prevost, prefecto del Dicasterio para el Clero, en su saludo al Papa Francisco.
El Sínodo de la Sinodalidad, cuya primera Asamblea General se celebrará entre el 4 y el 29 de octubre de este año, estuvo presente a lo largo de toda la ceremonia de creación de nuevos cardenales.
El mismo Prevost deseó que el Sínodo sea ocasión de "vivir la fe y crear y crecer en la fraternidad cristiana", así como de comprender que "la Iglesia es tal cuando escucha de verdad" y redescubre su llamado "a la difusión del Evangelio y del reino de Dios".
"Asombro y gratitud", indispensables en la evangelización
Seguido de Prevost tuvo lugar una primera oración de Francisco y la posterior lectura del día de Pentecostés, "bautismo de la Iglesia", narrado en los Hechos de los Apóstoles.
El Papa ofreció una perspectiva particular del texto que "invierte los roles" en la que comparaba a los pastores de hoy no con los discípulos narrados en los Hechos, sino con los partos, medos y elamitas, "venidos de todas las naciones del mundo. Por un don de Dios se encontraron siendo protagonistas de Pentecostés, del bautismo que hizo nacer a la Iglesia una, santa, católica y apostólica".
Ates de ser "apóstoles, sacerdotes, obispos, cardenales", dijo, "somos partos, medos, elamitas. Y esto debería reavivar en nosotros el asombro y el agradecimiento por haber recibido la gracia del Evangelio en nuestros respectivos pueblos de origen".
En este sentido, también les llamó a recordar "el don de haber sido evangelizados y de haber sido sacados de pueblos que, cada uno en su momento, recibió el anuncio del misterio de la salvación y entraron a formar parte de la Iglesia".
Otro de los aspectos que el Papa remarcó en su alocución fue que los pastores, y con ellos los neocardenales, son evangelizadores "en la medida en que conservan el asombro y la gratitud de haber sido -de ser- evangelizados, don actual que requiere ser renovado" y que "Dios renueva continuamente".
Durante su alocución, Francisco llamó a los 21 nuevos cardenales a conservar el "asombro y gratitud" de haber sido evangelizados.
"Ustedes, neocardenales, han venido de diversas partes del mundo y el mismo Espíritu Santo que fecundó la evangelización de sus pueblos ahora renueva en ustedes su vocación y misión en la Iglesia y para la Iglesia", exhortó.
En vísperas del Sínodo de la Sinodalidad
Francisco también se refirió a la próxima y primera Asamblea del Sínodo de la Sinodalidad. Lo hizo a través del ejemplo de una orquesta, a la que el Colegio Cardenalicio debe asemejarse al representar "la sinfonía y sinodalidad de la Iglesia".
"Una sinfonía cobra vida de la composición de sonidos de los diferentes instrumentos. Cada uno brinda su aporte, a veces solo, a veces con todo el conjunto. La diversidad es necesaria, es indispensable. Pero cada sonido debe contribuir al proyecto común", destacó antes de concluir.
Tras una meditación general de sus palabras, Francisco dio paso a la ceremonia de imposición de los atributos cardenalicios, el solideo y birrete rojos y el anillo, a los veinte cardenales presentes en la Plaza de San Pedro.
Todos presentes salvo el capuchino Luis Pascual Dri
Con excepción del capuchino de 96 años Fray Luis Pascual Dri, confesor del Santuario de Pompeya en Buenos Aires, archidiócesis en la que recibirá los atributos, estuvieron presentes todos los demás cardenales (Desarrollamos en ReL el perfil de cada uno de ellos).
- Mons. Robert Francis Prevost, Prefecto del Dicasterio para el Clero (Estados Unidos)
- Mons. Claudio Gugerotti, Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales (Italia)
- Mons. Victor Manuel Fernandez, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (Argentina)
- Mons. Emil Paul Tscherrig, Nuncio en Italia (Suiza)
- Mons.Christophe Louis Pierre, Nuncio en Estados Unidos (Francia)
- Mons. Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén (Italia)
- Mons. Stephen Brislin, Arzobispo de Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
- Mons. Angel Sixto Rossi, Arzobispo de Córdoba (Argentina)
- Mons. Luis Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá (Colombia)
- Mons.Grzegorz Ryś, Arzobispo de Lodz (Polonia)
- Mons. Stephen Ameyu Martin Mulla, Arzobispo de Juba (Sudán del Sur)
- Mons. José Cobo Cano, Arzobispo de Madrid (España)
- Mons. Protase Rugambwa, Obispo titular de Tabula (Tanzania)
- Mons. Sebastian Francis, Obispo de Penang (Malasia)
- Mons.Stephen Chow Sau-yan, Obispo de Hong Kong (China)
- Mons. François-Xavier Bustillo, Obispo de Ajaccio (Francia)
- Mons.Americo Emanuel Alves Aguiar, Obispo auxiliar de Lisboa (Portugal)
- Padre Angel Fernandez Artime, Rector Mayor de los Salesianos (España)
Sin derecho a voto:
- Mons. Agostino Marchetto,Nuncio Apostólico (Italia)
- Mons. Diego Rafael Padrón Sánchez, Arzobispo emérito de Cumaná (Venezuela)
Los juramentos, comunión eclesial y defensa de la fe
Los veinte purpurados se dispusieron a su creación cardenalicia después de pronunciar el juramento de fidelidad a la Iglesia, pronunciado en latín, y que reza:
"Prometo y juro permanecer desde ahora y para siempre mientras viva, fiel a Cristo y a su Evangelio, constantemente obediente a la Santa Iglesia Apostólica Romana. A San Pedro en la persona del Sumo Pontífice y a sus sucesores canónicamente elegidos. Conservar siempre de Palabra y de obra mi comunión con la Iglesia Católica. No revelar a nadie lo que se me ha confiado a ser custodiado y cuya revelación podría causar daño o deshonra a la Santa Iglesia. Cumplir con gran diligencia y fidelidad los deberes a los que estoy llamado en mi servicio la Iglesia según las normas del derecho".
Los veinte neocardenales, en el momento de su juramento de fidelidad.
Tras estas palabras, se presentaron uno a uno ante Francisco, quien es impuso el birrete y el anillo con la fórmula que explicó previamente:
"Para alabanza de Dios Todopoderoso y para el decoro de la Sede Apostólica recibe el birrete rojo como signo de la dignidad del cardenalato, que significa que debes estar dispuesto a comportarte con valentía e incluso hasta el derramamiento de sangre por el aumento de la fe cristiana y por la paz y la tranquilidad del Pueblo de Dios, por la libertad y la difusión de la Santa Iglesia romana".
Durante la imposición del capelo, el Santo Padre ha otorgado al nuevo cardenal Cobo el título de Santa María de Monserrat de los Españoles.
La ceremonia concluyó con el rezo del Padrenuestro, una oración del Papa para que los nuevos cardenales edifiquen "constantemente" a la Iglesia "fundada en la integridad de la fe" y que "resplandezcan en pureza de mente".
La bendición general y la antífona mariana del Salve Regina dieron por concluida la creación de los nuevos cardenales, que dio paso a breves reuniones y saludo privados con Francisco.