Este sábado, con los laudes y la meditación final en la capilla Redemptoris Mater del Palacio Apostólico Vaticano, han concluido los ejercicios espirituales que cada año celebra el Papa con la Curia romana, cancelando durante una semana todos sus compromisos para centrarse en un retiro cuaresmal.
 
En esta ocasión lo ha predicado el cardenal congoleño Laurent Monsengwo, arzobispo de Kinshasha, bajo el lema La comunión del cristiano con Dios.

En las palabras finales, Benedicto XVI destacó "la gran competencia exegética y la experiencia espiritual y pastoral" del purpurado: "Nos ha guiado siempre con la mirada hacia Dios, y con esta mirada puesta en Dios, hemos aprendido el amor y la fe que crean la comunión". El Papa recordó con agrado que esa guía fue acompañada por "bellas historias, tomadas sobre todo de su querida tierra africana": "Nos han alegrado y ayudado", aplaudió.

Pero una en particular: "Me impresionó particularmente esa historia en la que usted hablaba de un amigo suyo que, estando en coma, tuvo la impresión de estar en un túnel oscuro, pero al final veía un poco de luz, y sobre todo escuchaba una hermosa música".

"Pienso", concluyó el Papa, "que puede servir como párabola de nuestra vida. A menudo nos encontramos en un túnel oscuro en plena noche. Pero, por la fe, al final vemos la luz y escuchamos una hermosa música, percibimos la belleza de Dios, del cielo y de la tierra, del Dios creador y de la criatura. Y es así, en verdad, como ´en la esperanza hemos sido salvados´ (Rom 8, 24)".