Durante la audiencia general, el Papa Benedicto XVI continuó con su ciclo de catequesis sobre la oración, reflexionando sobre la oración de Jesucristo antes de la Pasión y aprovechando la ocasión para implorar de nuevo por la unidad de los cristianos, que dijo es "necesaria" para que el mundo crea en Cristo.
Ante varios miles de personas que asistieron en el Aula Pablo VI a la audiencia pública de los miércoles y en la jornada de clausura de la Semana de Plegarias por la Unidad de los Cristianos, el Obispo de Roma manifestó que la unidad debe aparecer con toda claridad ante el mundo para que los hombres crean.
En su catequesis sobre la oración que Jesús pronunció antes de su Pasión, el Papa señaló que, según el Evangelio de San Juan, Cristo suplicó la unidad, "para que todos sean una sola cosa, para que el mundo crea que Tú me has enviado".
Benedicto XVI agregó que la Iglesia es la comunidad de los discípulos que está comprometida en la misión de Jesús de salvar al mundo.
El papa se trasladará hoy a la basílica de San Pablo Extramuros de Roma para clausurar la Semana de Plegarias por la Unidad de los cristianos, que comenzó el pasado día 18.
Queridos hermanos y hermanas: La catequesis de hoy está dedicada a la oración sacerdotal que el Señor pronuncia antes de su Pasión. En ella, y evocando la fiesta judía del Yom kippùr, Jesús se presenta como Sumo Sacerdote que pide por sí mismo, por los sacerdotes y por el pueblo y, a la vez, como la víctima que se ofrece al Padre en expiación.
En primer lugar, pide para Él la glorificación, invocando al Padre para que acepte su sacrificio. Después, intercede por los discípulos, consagrándolos enteramente a Dios para enviarlos a la misión que les confía. Por último, Jesús ora por todos aquellos que creerán mediante este envío, que se prolonga en la historia. Suplica para ellos la unidad, entendida como don de Dios que sólo puede tener lugar en la comunión trinitaria. De ese modo, inaugura la Iglesia que se define como pueblo enviado, consagrado, llamado al conocimiento de Dios y nacido en la cruz.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular, a los grupos provenientes de España, México, Chile y otros países latinoamericanos. Invito a todos a orar como nos enseña Jesús, pidiendo a Dios que manifieste su voluntad en nuestras vidas, nos consagre y abra nuestro corazón al mundo y a la misión. Que el don de la unidad que esta Semana hemos suplicado con insistencia nos ayude a dar razón de nuestra esperanza ante los que nos rodean. Muchas gracias.