Este viernes por la mañana, en el Aula Pablo VI, el Papa recibió a los miembros del Camino Neocatecumenal, encabezados por Kiko Argüello, Carmen Hernández y el sacerdote Don Mario Pezzi, días después de la aprobación del Directorio Catequético que guiará a partir de ahora el itinerario de formación cristiana de sus miembros.
En la audiencia participaron siete mil miembros del Camino, entre ellos cien familias, mil seiscientos sacerdotes de los colegios diocesanos Redemptoris Mater, dos mil seminaristas y miembros de los equipos itinerantes, además de párrocos y responsables de comunidades.
"Vuestra presencia hoy es un testimonio visible de vuestro empeño alegre de vivir la fe en comunión con toda la Iglesia y con el sucesor de Pedro, y de ser valientes proclamadores del Evangelio", dijo Benedicto XVI antes de alabar la forma en que lo han hecho desde sus orígenes: "En estos decenios de vida del Camino, vuestro firme empeño ha sido proclamar a Cristo Resucitado, responder a sus palabras con generosidad, a menudo abandonando la seguridad personal y material, dejando incluso el propio país, afrontando situaciones nuevas y no siempre fáciles".
Y todo ello, ayudando a quienes ya han recibido el Bautismo a redescubrir "la belleza de la vida de fe y la alegría de ser cristianos", una "aventura personal" que implica siempre "salir de la clausura del yo, romper con el individualismo que caracteriza a menudo la sociedad de nuestro tiempo, para sustituir el egoísmo por la comunidad del hombre nuevo en Jesucristo".
Tanto en lugares donde "es preciso un primer anuncio del Evangelio", como allí donde ya se conoce a Cristo pero "el secularismo ha eclipsado el sentido de Dios y oscurecido los valores cristianos", el compromiso y el testimonio del Camino son como la levadura que fermenta la masa, continuó el Papa Ratzinger: "La Iglesia ha reconocido en el Camino un don particular del Espíritu Santo para nuestros tiempos, y la aprobación de los Estatutos y del Directorio Catequético es una prueba de ello. Os animo a ofrecer vuestra original contribución a la causa del Evangelio. En vuestra preciosa obra buscad siempre una profunda comunión con la Sede Apostólica y con los pastores de las Iglesias particulares en las que estáis insertados".
El mismo Directorio es una prueba, añadió, de que la Iglesia acompaña al Camino "con atención y un paciente discernimiento, que comprende vuestra riqueza pero mira también a la comunión y a la armonía de todo el Corpus Ecclesiae".
Tras explicar el sentido y la importancia de la liturgia, y en particular de la misa, Benedicto XVI señaló que "justamente para favorecer la aproximación a la riqueza de la vida sacramental por parte de personas que se han alejado de la Iglesia, o no han recibido una formación adecuada, los neocatecumenales pueden celebrar la Eucaristía dominical en pequeña comunidad".
"Pero toda celebración eucarística", continuó, "es una acción del único Cristo junto con su única Iglesia, y por tanto está esencialmente abierta a todos los que pertenecen a su Iglesia. La celebración en pequeñas comunidades, con las particularidades aprobadas en los Estatutos del Camino, tiene como finalidad ayudar a quienes recorren el itinerario neocatecumenal a comprender la gracia de estar insertados en el misterio salvífico de Cristo, que hace posible un testimonio cristiano capaz de asumir también características de radicalidad".
Del mismo modo, "la progresiva maduración en la fe del individuo y de la pequeña comunidad debe favorecer su inserción en la vida de la comunidad eclesial grande, que encuentra en la celebración litúrgica de la parroquia, en la cual y por la cual se actúa el Neocatecumenado, su forma ordinaria. Pero también durante el camino es importante no separarse de la comunidad parroquial, incluso en la celebración de la Eucaristía, que es un auténtico lugar de la unidad de todos".
Tras implorar el Papa la asistencia de la Santísima Virgen a los miembros del Camino, el acto concluyó con la bendición apostólica que otorgó a todos ellos.