Hace diez años, en 2001, «ICM Registry» propuso la creación del dominio «.xxx» para que empresas dedicadas a lucrar con la pornografía pudieran registrar sus contenidos en la web bajo ese dominio específico.

El proyecto fue rechazo dos veces por la ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números) en el transcurso de esa década. Retomado con más fuerza en 2010, a finales de junio de ese mismo año fue finalmente aprobado para luego, a finales de 2011, el 6 de diciembre, comenzar la venta de nuevos registros on line.

En este contexto es en el que la Santa Sede ha decidido comprar «vatican.xxx». Consiste en una medida preventiva para evitar que terceros relacionaran el nombre e imagen del Vaticano y de la Iglesia con portales de contenido erótico-pornográfico. Tutela de la propia imagen ante eventuales explotaciones, como de suyo han hecho también grandes transnacionales como Sony y Coca-Cola.

ICANN suele poner en venta los dominios dando preferencia a titulares de marcas o de nombres, como en este caso lo tiene el Vaticano sobre un dominio análogo que es el oficial de la Santa Sede: vatican.va. La adquisición de «.va» supuso una auténtica lucha dado que a mitad de los años 90 se le quiso negar al Vaticano el derecho a un dominio propio que, al final, lograron.