En la audiencia de este sábado concedida a la Confederación Italiana de Cooperativas y a la Federación Italiana de Bancos de Crédito Cooperativo, Benedicto XVI destacó la importancia del cooperativismo en el país a raíz de la encíclica Rerum Novarum (1891) de León XIII, considerada carta inaugural de la doctrina social de la Iglesia, y que promovió "las asociaciones cooperativas y mutualistas y muchas otras obras de interés público caracterizadas por formas de participación y de autogestión".

Lo que impulsa a los cooperantes y mutualistas, "a menudo con la aportación determinante de los sacerdotes", no es sólo "una exigencia de orden económico, sino también el deseo de vivir una experiencia de unidad y solidaridad que lleve a la superación de las diferencias económicas y de los conflictos sociales".

El cooperativismo, dijo el Papa, "es una expresión concreta de la complementariedad y de la subsidiariedad que promueve la doctrina social de la Iglesia entre la persona y el Estado, es el equilibrio entre la protección de los derechos individuales y la promoción del bien común".

Junto a estos valores económicos, Benedicto XVI subrayó que el cooperativismo, "en el plano ético, se caracteriza por una marcada sensibilidad solidaria" que "favorece los vínculos entre la realidad cooperativa y el territorio sobre el que se asienta, para un impulso de la economía real".

"Vuestras beneméritas instituciones", alabó el Papa, "siguen siendo plenamente actuales y llevan en sí los ideales evangélicos y una vitalidad que las hace aún hoy capaces de ofrecer una contribución válida a toda la comunidad, tanto desde el punto de vista social como en el campo de la evangelización". Llamó también a que las cooperativas "promuevan la cultura de la vida y de la familia y favorezcan la formación de nuevas familias que puedan contar con un trabajo digno y respetuoso con la Creación, que Dios ha confiado a nuestro cuidado responsable".