Ninguna noticia de la Fraternidad San Pío X, que debe dar una respuesta después de haber recibido el “Preámbulo doctrinal” de la comisión Ecclesia Dei el pasado 14 de septiembre; deben decidir si suscribir el preámbulo y llevar a cabo la profesión de fe prevista para todos los que asuman un encargo eclesiástico.
Pero algo comienza a filtrarse sobre la reunión de los superiores de la Fraternidad que tuvo lugar en Albano Laziale (Roma) del 7 al 8 de octubre. Habla de ella el superior de los lefebvrianos del Reino Unido, el padre Paul Morgan, en una carta que publicó el boletín para los fieles en el número de noviembre.
El padre Morgan cuenta que durante la reunión en Albano se expuso una síntesis de los encuentros que han tenido las autoridades de la Santa Sede con la Fraternidad desde 1987 hasta la fecha, además de un resumen de las entrevistas doctrinales que se desarrollaron en los últimos meses. Además, hubo «una exposición oral del preámbulo doctrinal». Prácticamente –leyendo el texto de Morgan– monseñor Bernard Fellay, superior de la San Pío X, no entregó el texto escrito que recibió del Vaticano, sino que se limitó a exponerlo, evidentemente para evitar fugas de información.
El responsable de los lefebvrianos ingleses continúa: «Por lo que concierne a las entrevistas doctrinales, es desagradable notar cómo la comisión romana no haya reconocido la fractura que existe entre las enseñanzas tradicionales y las conciliares. En cambio se insistió en la hermenéutica de la continuidad... y se sostuvo que las nuevas enseñanzas incluyen y desarrollan las viejas».
Lo que asombra es, en realidad, la sorpresa del padre Morgan: la hermenéutica de la continuidad en la reforma, es decir la insersión del Vaticano II en la historia de los concilios y su interpretación a la luz de la tradición precedente, incluso en el desarrollo y su actualización, representa la clave que propuso Benedicto XVI. Es difícil imaginar que los colaboradores más estrechos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal William Levada y monseñor Guido Pozzo, al hablar con la Fraternidad San Pío X, le hayan hecho una propuesta diferente.
En la carta del superior inglés se lee: «Fue interesante saber que el encuentro del 14 de septiembre no tuvo que ver con los encuentros doctrinales, sino que estuvo dedicado a la exploración de posibles soluciones prácticas para la adecuación canoónica».
«No sorprende saber –escribe Morgan– que la base doctrinal propuesta para cualquier acuerdo canónico contenga elementos que la Fraternidad San Pío X ha siempre rechazado, incluida la aceptación de la nueva misa y del Vaticano II tal y como está formulado en el nuevo Catecismo. Además, el documento mismo da la impresión de que no haya ninguna crisis en la Iglesia...»
Un juicio negativo sobre el texto de las autoridades vaticanas que fue el resultado de los encuentros doctrinales. El superior de la Fraternidad del Reino Unido añade que algunos participantes han considerado el “Preámbulo doctrinal” «claramente inaceptable y que no ha llegado el momento para buscar un acuerdo concreto, mientras que las cuestiones doctrinales permanezcan en suspenso. También se decidió que la San Pío X debe seguir su trabajo e insistir sobre las cuestiones doctrinales en eventuales contactos con las autoridades romanas». Un rechazo con todas las de la ley.
Esta tarde, la Casa General de la Fraternidad San Pío X difundió un comunicado (que parece responder al boletín del padre Morgan) en el que se recuerda que tras la reunión que tuvieron los superiores el 7 de octubre en Albano, surgieron diferentes comentarios en la prensa. Pero también se recuerda que «solo la Casa General puede expresar un comunicado oficial o un comentario autorizado sobre el argumento». En otras palabras, el padre Morgan habla a título personal.
Sin embargo, no hay duda de que estos comentarios indiquen las dificultades y críticas a las que está expuesto monseñor Fellay en este momento. Según algunas indiscreciones, otros dos obispos lefebvrianos habrían expresado en Albano su disenso con respecto al preámbulo doctrinal y el acuerdo propuesto por la Santa Sede; se trata de Tissier de Mallerais y Alfonso de Galarreta. El cuarto, Richard Williamson, con posturas todavía menos flexibiles, no estaba en el encuentro de Albano.