El domingo fue un día de sorpresas en el Vaticano. La primera y más importante: el anuncio del Papa Benedicto XVI de la proclamación en 2012 de un "Año de la Fe" con motivo del 50 aniversario del Concilio Vaticano II. La segunda, la utilización, por vez primera, de la plataforma móvil que usó su predecesor, Juan Pablo II, en los últimos años de su pontificado cuando le era ya imposible caminar.

El Pontífice usó la plataforma -implementada para evitarle esfuerzos innecesarios y mejorar su seguridad-durante la misa en la basílica de San Pedro con los ocho mil participantes en el encuentro sobre la nueva evangelización de Occidente, y en la que anunció el Año de la Fe.


El portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, ya había explicado con anterioridad que "no se trata de ninguna enfermedad ni ninguna indicación médica, sino sólo de atenuar el esfuerzo del Santo Padre".


La plataforma ofrece otras dos ventajas: mejora la seguridad del Papa frente a asaltos como el que se produjo la Nochebuena del 2009, que le hizo caer por tierra, y mejora su visibilidad, sobre todo para los fieles que no están cerca del pasillo.

Es un ingenio sencillo, que manejan dos personas empujando discretamente unos manillares laterales y que cuenta con tres escalones y una barandilla, a la que se agarra Benedicto XVI durante su trayecto por la basílica.