Juan Pablo II será santo dentro de poco. El cardenal salesiano Angelo Amato está trabajando en la evaluación de un segundo milagro atribuíble a la intervención de Juan Pablo II. En contra de los escépticos que dentro y fuera de la Curia Romana presionan para que se frene el proceso que invocó el pueblo con furor, el “ministro” de Benedicto XVI, encargado de seguir los procesos de canonización y beatificación de toda la iglesia católica, en cambio, pretende acelerar el proceso.
Y declara que está muy cerca el reconocimiento del segundo milagro de Juan Pablo II, el Papa polaco tan amado en todo el orbe católico. El caso de cura científicamente inexplicable fue puesto «bajo investigación» del ministerio vaticano de las Causas de los Santos. Después de la beatificación del primero de mayo de 2011, para ser canonizado JUan Pablo II tendría que lograr que la Santa Sede reconociera un segundo milagro.
Una lista muy numerosa de curaciones milagrosas atribuidas a su intervención han pasado bajo la atenta mirada de la Postulación de la causa de canonización de Juan Pablo II.
Una de ellas se considera particularmente relevante e idónea para acercar a Karol Wojtyla a la santidad, después de aquella que permitió que Benedicto XVI lo proclamara beato, es decir la curación de la monja francesa sor Marie Simon-Pierre, que sufría de la misma enfermedad que transformó los últimos años del Pontificado de JUan Pablo II en un calvario: el parkinson.
El otro milagro, que sucedió después de la beatificación, será analizado sin prisas y con escrúpulo, aseguran en el Vaticano, en donde se pone en evidencia que todavía sigue siendo motivo de alegría en todos el mundo la decisión de Benedicto XVI de llevar a los altares a Juan Pablo II hace 5 meses. El segundo milagro atribuido a la intervención del Beato Juan Pablo II debe ser reconocido, por parte del Pontífice, la Congregación para las Causas de los Santos. El dossier de los milagros atribuidos a Karol Wojtyla sigue nutriéndose con nuevas indicaciones.
Desde antes de la beatificación, muchos otros milagros han sido considerados en la Santa Sede, como los que tienen que ver con un hombre que se salvó en Cleeveland, Estados Unidos, de una herida muy grave en la cabeza provocada por un arma de fuego; otro caso es el de un niño polaco que tenía paralizadas las piernas y que inexplicablemente volvió a caminar tras haber rezado en la tumba de Juan Pablo II.
El caso del niño había recibido incluso la aprobación del arzobispo de Cracovia, Stanislao Dzwisz, brazo derecho de Karol Wojtyla en Polonia y en el Vaticano durante cuatro décadas. El cardenal Dziwisz atestiguó que el pequeño, inmovilizado en una silla de ruedas por un tumor en los riñones, volvió «a caminar después de haber visitado la tumba de Juan Pablo II en las Grutas vaticanas».
Y el purpurado confirmó: «fui testigo de muchas gracias que hizo Juan Pablo II. Sobre todo con enfermos de tumores. El chico polaco tiene 9 años, es de Danzica, no podía caminar porque un cáncer lo atacó a los riñones. Lo llevaron en una silla de ruedas a la tumba de Juan Pablo II. Allí rezó y, cuando salió de la Basílica de San Pedro, dijo a sus padres, sorprendidos: “Yo quiero caminar”. Se levantó y empezó a caminar». Por lo demás, el día de los funerales, miles de personas lo invocaron espontáneamente en italiano «Santo subito» (“Santo inmediatamente”).
Además, en Cleveland, en el estado de Ohio, un chico de 16 años, herido gravemente en la cabeza durante un robo, se salvó y recuperó la salud cuando todos lo consideraban sin esperanzas. El capellán del hospital certificó que la prodigiosa recuperación se debió a un rosario bendito por Juan Pablo II. En enero de 2006 se abrió un sitio para recibir los testimonios de fieles sobre gracias o milagros después de la muerte de Juan Pablo II en el ámbito del proceso de beatificación del Papa.
Al Vaticano han llegado miles y miles de mensajes. Para tomar en consideración la candidatura, la Iglesia exige “señales” póstumos a la muerte de una figura en olor de santidad. Así, desde el 13 de mayo, cuando el Papa Benedicto XVI concedió una prórroga a los 5 años después de la muerte de una persona para comenzar el proceso de beatificación, decidieron recoger los testimonios por internet de todas partes del mundo en italiano, polaco, inglés, francés y español.