Benedicto XVI aseguró que también hoy, 3.000 años después, cuando el hombre se aleja de Dios se convierte en un esclavo.
"Donde desaparece Dios, el hombre cae en la esclavitud de las idolatrías, como han mostrado en nuestros tiempos los regímenes totalitarios con su esclavitud idólatra, y como muestran las numerosas formas de nihilismo, que hacen al hombre dependiente de ídolos e idolatrías y lo esclavizan", afirmó el Papa.
Añadió que la adoración del ídolo, en vez de abrir el corazón humano a los demás, a una relación que permita "salir del espacio angosto del propio egoísmo", cierra a las personas "en el cerco exclusivo y desesperante de la búsqueda de sí mismos".
El Papa agregó que el "engaño" es tal que, adorando al ídolo, el hombre se ve obligado a acciones extremas, "creyendo que lo subordina a su voluntad".
Benedicto XVI señaló que ante el Absoluto, Dios, el creyente debe responder con un amor absoluto, total, que comprometa toda su vida, sus fuerzas y su corazón.
A la audiencia asistieron fieles procedentes de España, Argentina, México y otros países latinoamericanos, a los que el pontífice exhortó, hablando en español, a ser "auténticos mediadores" ante los otros hombres para indicarles el camino de la fe "del único Dios, que quiere revelarse a todos los hombres para convertirlos y llevarlos a la salvación".