Unos 7 mil peregrinos acudieron a la audiencia general de Benedicto XVI en el Aula Pablo VI del Vaticano. El Papa habló de San Francisco de Sales, quien vivió en el siglo XVII, fue obispo de Ginebra y se dedicó al diálogo con los protestantes. Según Benedicto XVI fue un revolucionario porque recordó a los laicos que también ellos deben ser santos.
“Escribe dos obras fundamentales: La ´Introducción a la vida devota´, pensada para los laicos y que abre de forma revolucionaria el camino de perfección a todos los estados de vida, y el ´Tratado del amor de Dios´, en el que presenta un itinerario hacia Dios que nace de la inclinación de todo hombre a amar a Dios”.
Según Benedicto XVI, al recordar que los cristianos están llamados a la santidad en su propio estado de vida, San Francisco de Sales anticipó la llamada universal a la santidad del Concilio Vaticano II.
El Papa destacó que es importante recordar la intuición de este santo también a los católicos de hoy.
“Apóstol, escritor, hombre de acción y de oración, empeñado en la controversia y el diálogo con los protestantes, experimentó, más allá del debate teológico, la eficacia de la relación personal y de la caridad”, dijo el Papa.
San Francisco de Sales es el patrón de los escritores y los periodistas, por su extraordinaria capacidad comunicativa. También es patrón de los sordos porque inventó un lenguaje para comunicarse con ellos.
Benedicto XVI dijo al final del encuentro que este santo puede servir de ayuda en la búsqueda de la felicidad.