El secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, el Arzobispo Richard Gallagher, ha afirmado en el diario italiano Le Sfide que es "legítimo" hablar de la "decadencia" y "declive" de Occidente, pero afirma "no compartir" estas opiniones. El alto cargo vaticano considera que la fe y la esperanza “debe llevar al optimismo y a creer que con compromiso, podemos levantarnos de nuevo”.
Gallagher afirma que es “cautelosamente optimista” debido a que “vivimos y enfrentamos lo que muchas poblaciones en África y Asia han experimentado muchas veces. La pandemia desafía nuestros sistemas, nuestros gobiernos y nuestras estructuras sociales”, por lo que es “una experiencia que puede ayudarnos a reflexionar sobre el rumbo de nuestra sociedad” recoge el diario Crux Now. “Podemos revertir la tendencia enfrentando la realidad”.
“Un musulmán no tiene problema en arrodillarse en público”
Entre sus declaraciones, abordó la persecución anticristiana, ante la que “reaccionamos con fuerza, pero no de manera pública, por no dar la impresión de que la Iglesia estaba alimentando el Choque de Civilizaciones”.
Gallagher dijo que muchos países se han mostrado reacios a reconocer el hecho de que la persecución contra los cristianos es una realidad, y como mucho lo han englobado todo en la persecución a "minorías religiosas".
Sin embargo, ha mencionado una “creciente sensibilidad sobre esta cuestión, que muestran algunos gobiernos como Italia y Hungría con iniciativas de apoyo a los cristianos perseguidos”.
Además, Gallagher ha vinculado la crisis de Occidente tiene que ver con la coherencia a la hora de vivir la fe: “un musulmán no tiene problema en arrodillarse en el aeropuerto, pero un católico se lo piensa dos veces antes de hacer la señal de la cruz allí donde esté. No se trata de ser más atrevidos”, explicó “sino de ser un poco más nosotros mismos. Tenemos que preguntarnos quiénes somos, quiénes queremos ser y qué cosas nos importan realmente”.
Al abordar la cuestión social, admitió que “siempre habrá pobreza”, pero que “sería útil preguntarse cómo eliminar la pobreza o reducir las desigualdades económicas y sociales que se han incrementado de forma dramática en las últimas décadas”.
Entre otros desafíos que se debe abordar colectivamente, mencionó que “debemos cambiar” ante “la necesidad de cuidar la Creación”. “Me doy cuenta de la cantidad de residuos que yo produzco” explicó, por lo que “debemos trabajar para que todos actúen de una forma más razonable, teniendo en cuenta que toda actividad humana tiene un impacto en la naturaleza y, por tanto, en nuestra propia existencia”