En el transcurso de la Audiencia General celebrada ayer miércoles en la Sala Pablo VI en el Vaticano se dio un hecho insólito.
Un niño de seis años de edad rompió el riguroso protocolo vaticano de las audiencias del Papa al ir, de repente, al encuentro de Benedicto XVI en la tribuna.
El pequeño, de origen brasileño, se presentó ante el Papa quien sonrió al niño que estaba vestido con un jersey de rayas amarillas y negras, e intercambió algunas palabras con él antes de bendecirlo.
La escena, que inicialmente y por un instante puso en alerta a los miembros de la seguridad pontificia, hizo sonreir a muchos asistentes. El niño regresó al grupo de los peregrinos, en medio de aplausos.