El cardenal Jean Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, pidió hoy a Dios ante el presidente francés, Nicolás Sarkozy, que "dé valentía y perseverancia" a los políticos franceses para que "acojan a los perseguidos y a los inmigrantes".
Esta petición fue hecha en la basílica de San Pedro del Vaticano, tras el encuentro que mantuvo Sarkozy con el papa Benedicto XVI, con quien habló a solas durante 33 minutos y analizaron el proceso de paz en Oriente Medio y subrayaron la importancia de la dimensión ética y social en la economía, según informó el Vaticano.
"Pedimos para el pueblo francés y para sus dirigentes valentía y perseverancia para que cada uno en su puesto sepa lo que tiene que hacer al servicio del prójimo, para el respeto absoluto de la vida, de la justicia, del empleo, la educación, la seguridad, el ambiente, para la acogida de perseguidos y de los inmigrantes, para una información veraz y para la paz del mundo", dijo el cardenal francés Tauran.
Taurán pronunció estas palabras en la capilla de Santa Petronila, patrona de Francia, que visitó Sarkozy, para un "momento de plegaria", durante el que se le vio rezar el Padrenuestro.
Antes, el jefe del Estado francés se reunió con el Pontífice en en el Palacio Apostólico en un ambiente de "gran cordialidad", subrayó el Vaticano.
"Durante el coloquio se analizaron temas de política internacional, como el proceso de paz en Oriente Medio, la situación de los cristianos en varios países. También se subrayó la importancia de la dimensión ética y social en la economía, en la línea expuesta en la encíclica Caritas in Veritate", señaló el Vaticano en un comunicado.
El Papa y Sarkozy subrayaron "la voluntad recíproca de mantener un diálogo permanente en los diferentes niveles institucionales y de colaborar de manera constructiva en los temas de interés común".
Este ha sido el tercer encuentro entre el Papa Ratzinger y Sarkozy, tras la visita de éste al Vaticano en 2007 y el viaje de Benedicto XVI a Francia, con etapas en París y Lourdes, en 2008.
Sarkozy llegó al Vaticano pocos minutos después de las once de la mañana hora local, con más de un cuarto de hora de retraso sobre el horario previsto, y fue recibido por Benedicto XVI en la "Sala del Tronetto", con un "buenos días, Señor Presidente", en francés, a lo que el político le dijo que estaba "muy contento de verle de nuevo".
Ya en la Biblioteca Privada, lugar del encuentro a solas, el Papa subrayó "el alma católica de Francia".
Sarkozy acudió al Vaticano con un séquito de diez personas, entre ellas el ex comisario europeo Jacques Barrot, el vicepresidente del Senado, Jean-Claude Gaudin, y los escritores Alix de Saint-Andre y Denis Tillinac.
Sarkozy regaló al Papa la colección de libros de René de Chateaubriand (17681848) y Benedicto XVI le correspondió con una reproducción en cerámica de la basílica de San Pedro y de un cuadro de la plaza vaticana.
Después se reunió con el secretario de Estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, durante 35 minutos, y visitó la basílica de San Pedro.
La visita se ha producido tras las críticas desde varias partes del mundo, entre ellas del Vaticano, a la política francesa de expulsión de gitanos.
Benedicto XVI, durante el ángelus del 22 de agosto, hizo un llamamiento en francés para la acogida "de la legítima diversidad humana".
El secretario emérito del Consejo Pontifico para los emigrantes, el arzobispo Agostino Marchetto, dijo que la persecución de la que son víctimas los gitanos "es una suerte de nuevo Holocausto".