El tema de los abusos sexuales se ha convertido en una obsesión para los medios más hostiles a la Iglesia, incluso después de la fallida campaña contra la visita del Papa al Reino Unido.

La última prueba es el reportaje que anuncia la CNN en Estados Unidos para este fin de semana, Lo que el Papa sabía, en la misma línea que quedó desacreditada hace siete meses cuando utilizó los mismo argumentos The New York Times. Como recogió entonces ReL, se trata del caso del sacerdote Lawrence Murphy, de la archidiócesis de Milwakee (Estados Unidos), utilizado como supuesta prueba de que Benedicto XVI habría obstaculizado la investigación de sus muchos años de abusos en un colegio para niños sordos.

Aunque el mismo juez del caso aportó entonces la documentación que demostraba la falsedad de la acusación contra el Papa, la CNN repite ahora punto por punto el interesado montaje del diario neoyorquino en abril.

«¿Cómo es posible que la CNN tenga tan poca integridad periodística como para repeter inexacitudes que quedaron desacreditadas hace siete meses, y para las cuales está disponible una evidencia documental clara e incontrovertible?» Quienes se formulan esta pregunta son Gregory Erlandson y Matthew Bunson, dos expertos en el tema que acaban de recoger en un libro sus investigaciones sobre la actitud de Joseph Ratzinger, antes y después de ser elevado al trono de Pedro, ante los casos de pederastia. Su título, El Papa Benedicto XVI y la crisis de los abusos sexuales. Un esfuerzo de reforma y renovación.

El «caso Murphy» que aduce la CNN con argumentos siete meses apolillados es una prueba, reconocen Erlandson y Bunson (este último médico), «de la escasa vigilancia y de la inadecuada comunicación que caracterizan muchos casos de abuso en las diócesis norteamericanas en los últimos cincuenta años», pero «en modo alguno muestra a un cardenal Ratzinger tolerante o insensible ante los actos de los abusadores». Ambos expertos aconsejan a la CNN «quitarse las anteojeras ideológicas y prestar mayor atención a los hechos».