El Papa Benedicto XVI aseguró hoy que «sólo la fe puede transformar el egoísmo en alegría y reanudar las relaciones justas con el prójimo y con Dios» durante la ceremonia del Ángelus dominical que celebró este mediodía en Castel Gandolfo, donde está pasando sus vacaciones.
Benedicto XVI introdujo el rezo mariano del Ángelus de este Domingo, reflexionando sobre la misericordia divina e invitando a rezar por su próximo
Trayendo a la memoria su primera Encíclica, Dios es Amor y refiriéndose al Evangelio de este domingo en que «Jesús narra las ‘tres parábolas de la misericordia», el Papa ha reiterado que «cuando Jesús habla en sus parábolas del pastor que va tras la oveja descarriada, de la mujer que busca el dracma, del padre que sale al encuentro del hijo pródigo y lo abraza, no se trata sólo de meras palabras, sino que es la explicación de su propio ser y actuar».
Queridos amigos, ¿cómo no abrir nuestro corazón a la certeza de que, aún siendo pecadores, somos amados por Dios? Él no se cansa nunca de venir a nuestro encuentro, recorre siempre primero el camino que nos separa de El, afirmó Benedicto XVI.
Por otra parte, el Papa pidió a los fieles que recen por él durante su próximo viaje al Reino Unido, que emprenderá el próximo 16 de septiembre
Sobre este viaje, recordó que participará en la ceremonia de beatificación del cardenal inglés John Henry Newman en Birmingham el próximo domingo, y señaló que la personalidad del purpurado «puede ser un ejemplo y fuente de inspiración para nuestra época y para el ecumenismo».
El Papa se unió a la alegría de la Iglesia en España, destacando que en la archidiócesis de Granada ha sido beatificado hoy el fraile capuchino Leopoldo de Alpandeire.
«Hoy deseo unirme especialmente a la alegría de los fieles de la archidiócesis de Granada, y de otras partes de España, que, esta misma mañana, están celebrando con gozo la inscripción del nombre de Fray Leopoldo de Alpandeire entre el número de los Beatos».
«La vida de este sencillo y austero Religioso Capuchino es un canto a la humildad y a la confianza en Dios y un modelo luminoso de devoción a la Santísima Virgen María. Invito a todos, siguiendo el ejemplo del nuevo Beato, a servir al Señor con sincero corazón, para que podamos experimentar el inmenso amor que Él nos tiene y que hace posible amar a todos los hombres sin excepción», concluyó.