El cardenal Christoph Schönborn, de 78 años, aún al frente de la diócesis de Viena, en Austria, fue este lunes uno del encuentro con la prensa que sigue el Sínodo de la Sinodalidad, recordando su experiencia del Concilio Vaticano II cuando él tenía 20 años, y también comentando las propuestas de hacer cambios al Catecismo de Juan Pablo II, del que fue uno de los redactores y responsables.
Schönborn, miembro del Consejo Ordinario de la Secretaría del Sínodo, recordó que teniendo 20 años, en 1965, escuchó una conferencia de Karl Rahner sobre el Concilio Vaticano II que acababa así: "Si de este Concilio no sale un aumento de la fe, la esperanza y la caridad, todo es en vano".
"Yo diría lo mismo del Sínodo", comentó Schönborn.
En su opinión, lo que el Sínodo intenta ahora es preguntarse "cómo vivir la comunión en la Iglesia", que es "comunión de fe; comunión con Dios uno y trino; comunión entre los fieles y comunión abierta a todos los hombres". El Sínodo estaría repensando la visión de Lumen Gentium, el gran documento del Concilio Vaticano II que habla de la Iglesia, primero como "misterio", luego como "pueblo de Dios" y sólo después habla de su estructura jerárquica.
Schönborn alabó la vitalidad de órganos internacionales como el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), mientras que por contraste considera que las iglesias europeas se han quedado "un poco atrás en la sinodalidad vivida. Hace falta un estímulo". Y puso como ejemplo que las Conferencias Episcopales europeas no han acordado nunca un documento conjunto sobre "el drama de los migrantes". Schönborn, que en Austria ejerce también como obispo a cargo de los católicos de ritos orientales, alabó que las Iglesias orientales siempre relacionan la sinodalidad con la liturgia, y que celebran la fe antes de debatir sobre ella.
Schönborn añadió luego que en Viena han celebrado desde 2015 cinco asambleas diocesanas con 1.400 participantes, y que aunque esos delegados en las asambleas austriacas no votaban, sí se vivía la escucha y la comunión. También en el primer Concilio, en Jerusalén, el método de los apóstoles fue de 3 etapas: escucha, silencio, discusión.
Schönborn consideró que el Sínodo sigue siendo un "Sínodo episcopal" aunque participen de forma real fieles que no son obispos, y le parece positivo. También recordó que en otros sínodos siempre hubo expertos laicos, algunos con intervenciones muy importantes.
Le comentaron a Schönborn en la rueda de prensa que hay activistas LGTB que piden cambiar la frase del Catecismo que dice que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados" (es una cita del párrafo 2357, que a su vez cita un documento de Doctrina de la Fe de 1975). Schönborn recordó que él mismo fue secretario de la redacción de ese catecismo, y que desde entonces el único cambio en ese libro ha sido el que introdujo el Papa Francisco sobre la pena de muerte. Animó a "leer los textos en su conjunto" y a distinguir entre el "orden objetivo" y las personas, que tienen todas derecho a ser respetadas.
Sobre lo que los teólogos pueden aportar al Magisterio, comentó que San Juan XXIII, al empezar el Concilio Vaticano II, habló de que la doctrina es inmutable, pero no el modo de presentarla. La doctrina tiene un credo que es válido en todo el mundo, y aunque las culturas sean distintas, la sustancia de la fe no puede cambiarse, añadió.
Una de las mesas del Sínodo de la Sinodalidad de 2023 con el Papa Francisco.
Cardenal Aguiar Retes: la amistad entre jóvenes de distintas clases
El cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México, que es miembro del Sínodo por designación pontificia, habló en español, recordando la importancia de trabajar con las familias y los jóvenes, ya que los padres tienen dificultades para transmitir la fe a sus hijos.
Explicó su experiencia como párroco en Tlalnepantla, organizando encuentros que reunían a jóvenes de distintas clases sociales, para promover la amistad entre ellos, y la fe para todos. También animó a hablar a jóvenes y niños sobre el cuidado de la Creación, contando con su sensibilidad ecológica.
El cardenal Aveline de Marsella: "limar asperezas"
El cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, designado por el Papa y miembro de la comisión que elaborará una síntesis, admitió que en Francia "no todo el mundo se ha sumado al proceso sinodal", por lo que hay que animar a más personas a participar. Constató que hay "expectativas sobre nuestras decisiones finales que reflejarán nuestra responsabilidad común". Esta semana, dijo, es "decisiva, en la que viviremos etapas importantes, tratando de ponernos de acuerdo sobre diversos temas y limar asperezas".
Aveline alabó que el Sínodo se iniciara con una gran vigilia ecuménica de oración, en torno a Cristo Crucificado, asegurando que contemplar esa debilidad de Cristo Crucificado es el único camino seguro hacia la unidad.
Hermana Rigon: fe laboriosa, trabajo duro en caridad
La religiosa italiana Samuela María Rigon, psicoterapeuta especializada en el acompañamiento a religiosos y Superiora de las Hermanas de la Santísima Madre de los Dolores, designada por el Papa para participar en el Sínodo, comentó tres ideas de San Pablo: "la fe laboriosa, el trabajo duro en la caridad y la firmeza en la esperanza en Jesucristo. Si esto saliera de este Sínodo, ya habríamos hecho una verdadera revolución".
Citando a San Francisco de Asís, añadió: "Hoy empiezo de nuevo a ser un cristiano diferente". Si cada uno hiciera esto, tendríamos una transformación", aseguró.
Sobre la oportunidad de "compartir y ser escuchados" consideró que no es casualidad que el primer mandato de la Biblia al Pueblo de Dios empiece por "escucha Israel".
Una "Carta al Pueblo de Dios" se publicará el miércoles
Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación y presidente de la Comisión para la Información, en el briefing de este lunes por la tarde, anunció que en el trabajo sinodal se ha escrito un borrador de una "Carta al Pueblo de Dios" que se leyó y fue acogida con aplausos por la asamblea en la mañana. Tras cambios y detalles de traducción, "será aprobada y publicada el miércoles".