Según informaciones de la Gendarmería del Vaticano que recoge Europa Press, entre las 9.00 horas de la mañana de este lunes, cuando se abrió la capilla ardiente de Benedicto XVI, y las 19.00 horas a las que se cerró, han pasado por la basílica de San Pedro para orar ante sus restos 65.000 personas.
Martes y miércoles, de siete a siete
El martes y el miércoles los fieles, llegados en algunos casos desde fuera de Roma e incluso desde fuera de Italia con ese único objeto, podrán despedirse del Papa emérito durante doce horas, de siete de la mañana a siete de la tarde. El primer día se abrió un poco más tarde para proceder al traslado del cadáver desde el Monasterio Mater Ecclesiae, que ha sido su residencia desde su renuncia en 2013. De este modo fue velado unos minutos, antes de su apertura al público, por las autoridades italianas. El presidente Sergio Mattarella y la primer ministro Giorgia Meloni rezaron ante los restos mortales de Joseph Ratzinger y departieron brevemente con su secretario personal, el arzobispo Georg Gänswein.
La cifra de 65.000 personas es casi el doble de las 35.000 calculadas para cada día por la Prefectura de Roma, que ha establecido un dispositivo de seguridad de mil agentes. La presencia de fieles en la Plaza de San Pedro fue muy notable desde la madrugada, pues hubo miles de personas que aguantaron durante horas hasta la apertura del templo.
Algunas imágenes y opiniones de los fieles en la plaza y en la basílica.
El paso de la cola se ha hecho con agilidad, calculándose unos 20 segundos por persona tras una espera media total en torno a una hora, incluyendo plaza y basílica.
El funeral, el jueves a las 9.30: acudirá la Reina Sofía
Hasta el momento está confirmada la presencia en el funeral de una delegación oficial de Italia y de Alemania, patria del pontífice. Son solo dos países, los más particularmente vinculados a Benedicto XVI, dado que no se trataba de un jefe de Estado en ejercicio y la ceremonia religiosa no tendrá esa significación. Pero es posible que otros dirigentes de Estado o de Gobierno asistan a título personal, como es el caso de la Reina Sofía, quien ejercerá la representación de la Casa Real española. Están asimismo invitados todos los embajadores acreditados ante la Santa Sede.
La misa de exequias se celebrará el jueves 5 de enero, víspera de la Epifanía del Señor, a las 9.30 de la mañana en la Plaza de San Pedro. El funeral será "solemne pero sobrio", en palabras de Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa del Vaticano, y lo presidirá el Papa Francisco.
Al final de la misa tendrá lugar el rito fúnebe de la "ultima commendatio et valedictio", tras lo cual el ataúd será trasladado a las grutas vaticanas para su inhumación en una capilla donde ya estuvieron los restos de San Juan Pablo II hasta 2011, cuando fueron trasladados a la Capilla de San Sebastián.