477. ¿Qué significa aprender de Jesús cómo orar?
Aprender de Jesús a orar es entrar en su confianza sin límites, unirse a su oración y ser conducido por él, paso a paso, hacia el Padre. [2607-­2614, 2621]

Los discípulos, que vivían en comunión con Jesús, aprendieron a orar escuchando e imitando a Jesús, cuya vida era toda ella oración. Tal como él, ellos tenían que estar vigilantes, luchar por tener un corazón puro, dar todo para que llegue el reino de Dios, perdonar a sus enemigos, confiar en Dios hasta la osadía y poner por encima de todo el amor a Dios.

En este ejemplo de entrega, Jesús invitó a sus discípulos a llamar al Dios omnipotente "Abbá, papá". Si oramos en el espíritu de Jesús, especialmente el Padrenuestro, seguimos los pasos de Jesús y podemos estar seguros de que llegamos infaliblemente al corazón del Padre. [495-496,512]

478. ¿Por qué podemos confiar en que nuestra oración será escuchada por Dios?
Muchas personas que pidieron su curación a Jesús en su vida terrena fueron escuchadas. Jesús, que ha resucitado de la muerte, vive y escucha nuestras súplicas y las lleva ante el Padre. [2615-­2616,2621]

Todavía hoy conocemos el nombre del jefe de la sinagoga: Jairo fue el hombre que imploró a Jesús que le ayudara y fue escuchado. Su pequeña hija estaba mortalmente enferma. Nadie más podía ayudarle. Jesús no sólo curó a su hijita, sino que incluso la resucitó de entre los muertos (Mc 5,21-43).

De Jesús brotaron una gran cantidad de curaciones testificadas con seguridad. Realizó signos y milagros. Los paralíticos, leprosos y ciegos no suplicaron en vano a Jesús.

También hay testimonios de oraciones atendidas por todos los santos de la Iglesia. Muchos cristianos tienen la experiencia de haber suplicado algo a Dios y haber sido escuchados.

Sin embargo, Dios no es una máquina. Debemos dejar en sus manos la forma en la que contesta a nuestros ruegos. [40,51]