Nuestra Señora Santa María de Jessé. 12 de junio y Domingo posterior a este día.


El auge de esta devoción holandesa comenzó en 1327, luego de un estupendo milagro: vivía en La Haya, Holanda, una mujer llamada Machteld, quien había estado ciega durante tres años y medio. Había consultado a varios médicos y rezado muchísimo, pero su mal no remitía. Una noche tuvo un sueño en el cual se le animaba ir a la iglesia de San Bartolomé de Delft, donde la Virgen María la sanaría, para gloria suya.

Allá se fue la mujer, junto a su marido, un carnicero llamado Willem Jans. En esos días se había instalado en el trascoro de dicha iglesia un nuevo altar con una bella imagen de Nuestra Señora y al entrar Machteld había un sacerdote listo para decir misa en dicho altar. Humildemente Machteld se arrodilló y pidió a la Madre de Dios se cumpliera la voluntad divina. Comenzó la misa y llegada la Elevación, la buena mujer levantó la cabeza con gran fe ¡y se hizo el milagro!, pues en ese mismo instante recuperó la visión. Machteld clamó: "Señor Jesucristo, Hijo del Dios Vivo, bendito seas y bendita tu madre, María, porque yo estaba ciega y no podía ver, pero ahora puedo mirarte a ti y a ella con amor". El entusiasmo fue grande entre los presentes, se buscaron notarios y médicos que certificaran lo ocurrido. Por su parte, el pueblo fiel enseguida se hizo lenguas del caso y esa misma tarde, 12 de junio de 1327, se organizó una procesión con la imagen de Nuestra Señora. Y no solo eso, sino que la ciudad se comprometió con voto a realizar cada año la misma procesión solemne.

Y este no sería el último milagro realizado por Dios a los pies de la hermosa imagen de la Santísima Virgen, pues tenemos documentados al menos 8 más, sin contar las numerosas curaciones portentosas o no. Entre los milagros destacan los de tres niños ahogados y resucitados, una paralítica sanada ante el altar de la Virgen, un niño asfixiado por un alfiler y muerto, que revivió.


El culto a Nuestra Señora tomó un gran auge y durante siglos fue la imagen más honrada de la ciudad. Las beguinas se encargaban del ornato de su altar y ornamentos para sus misas. Consta que, aunque es una talla, le confeccionaron ropas para vestirla "a la española", como se suele decir en aquellos lugares a las imágenes vestidas. En 1347 se funda una Cofradía encargada de sostener con oraciones y limosnas el culto a María. Todos los viernes había Vísperas de Nuestra Señora y los sábados una misa en honor de la Santísima Virgen. En 1348, Guillermo de Baviera, Conde de Holanda, tomó la Cofradía bajo su protección personal y la de su Casa Condal, dotándola de los estipendios necesarios para el mantenimiento del sacerdote encargado de los cultos. En 1398 el Papa Bonifacio IX concedió Indulgencia Plenaria a todos los que asistieran a la procesión anual de Delft.

Fue esta procesión la que, en el siglo XVI, daría nombre a la imagen como "de Jessé", y es por esta causa: En la procesión anual, esplendorosa como pocas, cada gremio de la ciudad debía representar un misterio bíblico o de la fe, o de la vida de un santo. Por ejemplo, los cerveceros se encargaban de la representación del infierno, y la cofradía de San Úrsula, como no, de pasos de la leyenda de esta santa. Pues bien, el gremio de carpinteros creó una espectacular carroza con el tema de la genealogía de Cristo, representada con un árbol de que brota del costado de San Jessé (4 de noviembre).


Y me permito algunos apuntes sobre este bello tema iconográfico antes de seguir con nuestra historia: Entre los siglos XII y XIII la mística y la liturgia comienzan a interesarse más por el Cristo Hombre. Si habían pasado los siglos sobre las peleas sobre la divinidad del Señor, ya aclarada, es la Sagrada Humanidad la que a comienzos del Renacimiento se comienza a experimentar, representar y predicar. En el arte surgen imágenes más naturalistas del Señor, la Virgen y los Santos, siempre buscando más cercanía a lo humano.

En este movimiento surge la representación de la genealogía de Cristo a partir de Jessé. Lo cotidiano es ver a Jessé tumbado durmiendo y brotar de su costado un tronco que se ramifica y sobre cada rama aparecer los reyes de Israel, antepasados de Cristo. En la cima, en un principio aparecerá Cristo, resucitado en unas ocasiones, crucificado en otras. El origen de que sea una rama florida lo hallamos en la Biblia: "Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño brotará de sus raíces" (Isaías 11, 1). El simbolismo iconográfico es patente: Jessé duerme como San Adán (24 de diciembre) y de su costado brota una generación. El tronco es vida, salud, salvación, por ello los Cristo crucificados sustituyen a los gloriosos paulatinamente, pues la raíz de Jessé se hace una, místicamente, con el madero de la cruz. Igualmente remite al árbol del Edén.

A partir del siglo XIV, la Santísima Virgen María comienza a ganar protagonismo en el tema iconográfico del Árbol de Jessé. Aunque no se desplaza a Cristo, este aparece como niño en los brazos de María, que pasa a ser la rama excelsa y la flor preciosa del árbol. El origen de esta nueva representación es la traducción tradicional de la Biblia hecha por San Jerónimo, el cual traduce "vástago" como "vara", en latín "virga", que también remite a "virgen". Es así que la Virgen María es el verdadero tronco de Jessé, siendo Jesús el retoño del que habla Isaías.

Volviendo a la Señora de Delft y al gremio de carpinteros. En 1567 elaboraron, o costearon, un espectacular conjunto que sirvió de trono a la Madre de Dios en la procesión y le dio nombre, solo tardíamente, pues en entre los siglos XIV y XVI no se le llama así. La solemnidad de tal procesión queda descrita en crónicas, y pocas habrá fueran tan solemnes y lucidas. Solo la de 1536 fue más austera, pues el 3 de mayo del mismo año había ardido gran parte de la ciudad y fallecido innumerables personas. La misma iglesia de San Bartolomé había ardido, aunque la estatua quedó intacta. Así que se realizó la procesión, pero con luto.


Lamentablemente, en 1566 la herejía calvinista se apoderó de Holanda y toda expresión de fe católica fue cercenada y prohibida. Cientos de imágenes fueron profanadas o quemadas, pero Nuestra Señora se salvó escondida. En 1577 hubo otra "redada" contra lo católico y la imagen desapareció. El catolicismo, brutalmente reprimido durante tres siglos, pudo respirar con más libertad en el siglo XIX. 

En 1929 el estudiante de arquitectura Jules Froger caminó solo, rezando en silencio siguiendo los pasos de la antigua procesión. Llevó el caso a la Asociación de Estudiantes Católicos de Santa Virgen de la Universidad Técnica y al año siguiente procesionaron 15 jóvenes. El hecho tuvo cierto eco y en 1931 ya participaron 300 hombres. Las autoridades, oficialmente calvinistas, dieron permiso y la procesión se recuperó con júbilo por parte de la Iglesia.

En 1939 un anticuario halló en La Haya una imagen medieval de la Santísima Virgen, que le pareció sería muy similar a la descrita en las crónicas sobre la antigua imagen. Los franciscanos la compraron, la llevaron a su iglesia de San José y comenzaron a promover su culto en aras de recuperar la devoción de los antiguos a Santa María de Jessé. Y lo lograron, pues el 8 de diciembre de 1941 se reinstauraba la Cofradía. En 1942 se bendecía una nueva capilla para la imagen. En 1990 la imagen fue trasladada a una nueva capilla y puesta tras un cristal.


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A 12 de junio además se celebra a:
San Odulf de Utrecht, presbítero.
Santa Cunera, virgen y mártir.
San Onofre, Penitente.