San Maximino de Aix, obispo. 8 de junio.

La verdad es que de este santo se sabe muy poco y abunda más la leyenda que otra cosa. Aparece en la leyenda provenzal de Santa María Magdalena (22 de julio, 5 de mayo en la Iglesia Oriental). 

Según esta leyenda, que te narraré de modo escueto, Maximino era amigo de la familia de Betania, a la par que uno de los 72 discípulos del Señor. Con San Cedon (23 de agosto), el ciego de nacimiento de San Juan 9 y que sería su sucesor como obispo); Sara y Marcela, criadas de la familia; San Lázaro (17 de diciembre), Santa Marta (29 de julio); Santa María Magdalena, Santa María Salomé (22 de octubre y 5 de mayo) y Santa María la de Cleofás (9 de abril y 5 de mayo) se trasladaría a la Provenza, entre los años 42-43 y evangelizaría la zona de Aix, siendo el ¡primer obispo! de esta ciudad. Allí, junto a la Magdalena, habría construido y consagrado una pequeña capilla dedicada al Salvador, en cuyo altar pondría reliquias del Santo Sepulcro de Cristo. Esta iglesia fue destrozada por los sarracenos en el siglo IX y reconstruida en el siglo XI, en el 1080, pero como una gran basílica, hasta el punto que la pequeña capilla hoy ocuparía un trocito de la nave derecha de la catedral del Salvador, que es su nombre.

Su culto y santuario.
San Maximino es el patrón de la diócesis de Aix y su culto está relacionado con la "Santa Cueva" donde la leyenda dice que la Magdalena pasó sus últimos días haciendo penitencia y oración, hasta que San Maximino le dio la última comunión y la enterró. Esta cueva alcanzó su gran esplendor devocional a partir del siglo XIII, cuando Carlos de Anjou, hermano de San Luis de Francia (25 de agosto) tomó poder del territorio de Provenza y el 12 de diciembre de 1279 se publicó el hallazgo de las reliquias de la Magdalena, Maximino, Marcela, Susana y Sidonio, cuyas tumbas están en la cripta. El de María es un monumento funerario con símbolos cristianos del siglo IV y los otro cuatro son sarcófagos de mármol, lo cual indica una devoción temprana a estos personajes, tal vez mártires o eremitas locales, identificados con los personajes evangélicos.

Hay que decir que la iglesia parroquial se hallaba consagrada a San Maximino de Tréveris (29 de mayo, traslación, y 12 de septiembre), pero que fue derribada al ampliar el santuario de la Santa Cueva. ¿Será una interpolación de los dos santos? ¿Un culto nuevo, sustentado en una leyenda, que sustituye a otro?... Podría ser. Es un poco complicado entender este afán de tener reliquias exclusivas e importantes, pero con decir que las peregrinaciones atraían beneficios económicos traducidos en impuestos, pontazgos, limosnas, comercios... se entiende ya. 

El hecho es que las reliquias de Santa María Magdalena y San Maximino comenzaron a ser veneradas, en 1295 se comenzó a construir una basílica y Bonifacio VIII la consagró en 1316 (aún hoy no terminada, se nota en algunos detalles). Los dominicos la ocuparon e incluso declararon a la Magdalena como copatrona de su Orden. Fue tanta su importancia que 8 papas y 18 reyes la visitaron, la dotaron de importantes beneficios económicos y espirituales. Destaca en esta basílica su estupendo órgano, montado en 1773, con el que se ofrecen conciertos de gran calidad.

¿Qué hay de verdad en todo esto?
Pues que de hecho Maximino es un mártir del siglo III o IV, y Lázaro y Sidonio son santos reales de Auvernia, pero del siglo quinto. Marta y Sara fueron mártires persas del siglo IV, cuyos restos fueron llevados más tarde al sur de la Galia. Se unieron los nombres y se armó una leyenda para sustentar la evangelización primitiva de la Galia, dándole orígenes directamente apostólicos. En este artículo se lee algo de esta tendencia.

A 8 de junio además se celebra a
San Miguel de los Santos, trinitario
Santa Helga de Bregenz, virgen eremita.
San Medardo de Noyon, obispo.