Fue hijo primogénito del rey Eduardo el Viejo, rey de Wessex y de Edgiva, hija de Sigehelm, un caballero de Kent. A los 18 años subió al trono, siendo coronado el 29 de noviembre de 939. Muy pronto tuvo que defender su reino de los ataques de Olaf de Irlanda, que había ocupado la Northumbria, pero alfinal tuvo que aceptar la paz y abstenerse de reconquistar su tierra hasta la muerte de Olaf, en el año 942. En el año 940 se casó con Santa Ælfgifu de Shaftesbury (18 de mayo). Tuvieron tres hijos: Edwy, rey de Northumbria, de vida licenciosa, depuesto por los nobles, una hija de la que no se sabe ni el nombre, casada con Balduino de Hesdin, y San Eduardo el Pacífico (8 de julio).
En 945 Edmundo conquista Strathclyde pero concede sus derechos al rey Malcolm I de Escocia, estableciendo un pacto de ayuda mutua y unas relaciones pacíficas con Escocia. Durante su reinado comienza el renacimiento de los monasterios y abadías, dándose el gran impulso a la Iglesia en los reinos ingleses. En el 946, ya viudo, se casa pocas semanas antes de morir, con Ethelfledis, hija de Alfgar, señor de los Wilsaetas.
El 26 de mayo de ese mismo año, con solo 25 años Edmundo fue asesinado en Pucklechurch, por Leofa, un ladrón exiliado. Edmundo le escupió frente a la muchedumbre, que respondió peleando, muriendo ambos durante esta pelea. Fue sepultado en la abadía de Glastonbury, en Somerset. Aunque nunca fue canonizado, recibió el típico culto religioso-patriótico que recibieron muchos reyes ingleses.
A 26 de mayo además se celebra a:
San Berenger de St-Papoul, monje.
La Invención de Santiago Apóstol.
Santos Dyfan y Fagan, misioneros.