Es complicado establecer algo certero sobre este santo antiguo, porque comúnmente se le confunde con otro de igual nombre y que también se celebra a 9 de mayo, San Beato Vendome, del que se dice fue enviado a la Galia por el mismo San Pedro. El nuestro vivió entre los siglos VI y VII, y la tradición cuenta que era irlandés y compañero de San Gall (16 de octubre y 23 de noviembre). Igual le quiere la devoción popular instalado en una cueva junto al lago Thun, sitio al que arrojó una terrible serpiente que aterrorizaba a los pobladores.
Su culto fue muy sólido durante siglos, hasta la llegada de los herejes zwinglianos, quienes derribaron el altar, profanaron la cueva y las reliquias del santo. Los campesinos de Haslithal e Interlachen se opusieron a la herejía, pero o fueron obligados a abandonar la fe católica o masacrados los que se negaron. Alban Butler, que visitó el lugar y describe su belleza, cuenta que en el siglo XIX los católicos se unieron y elevaron una capilla dedicada al santo en Lungern, lugar aún católico.
A 9 de mayo además se celebra a:
San Mumbol de Lagny, eremita y abad.
Santa Catalina de Bolonia, virgen clarisa.
San Tudy de Bretaña, abad.