Santos Teodora y Dídimo de Alejandría, mártires. 28 de abril, 5 de abril y 27 de mayo (Iglesias Orientales).

Las Actas del interrogatorio y martirio de Teodora son de esas pocas "Actas de los Mártires" que podemos considerar genuinas. Aunque no se sabe quién fue el copista (tal vez el mismo notario que siempre estaba presente en un proceso formal), están tomadas del Registro Público y trasmitidas a la Iglesia, que las ha conservado desde el siglo IV. La última parte, referida a Dídimo no forma parte del escrito público, sino que se aclara que fue añadido basado en los testimonios de testigos oculares. Todos los martirologios mencionan a Teodora y Dídimo, si bien su memoria litúrgica varía según las diferentes iglesias. Algunas siguen el martirologio pseudo-jeronimiano, que los pone a 5 de abril, llamando "presbítero" a Dídimo. Los Bollandistas recogen diversas laudas de los martirologios y reproducen las Actas, las cuales dan por buenas:

En 303, imperando Diocleciano y Maximiano, y siendo juez Maximiano Herculio en Alejandría de Egipto fue arrestada nuestra Teodora, por haberse negado a adorar a los ídolos. Sobre los orígenes de la santa nada sabemos, pero por su nombre podemos deducir que sus padres, de algún linaje, ya eran cristianos cuando ella nació.

Herculio: "¿De qué estatus social provienes?"
Teodora: "Soy cristiana".
H: "Pero, ¿eres libre o esclava?
T: "He sido redimida por Jesucristo. Pero según tus criterios, mis padres eran ciudadanos libres".
H: "¿Por qué no estás casada?"
T: "Porque prefiero atarme a Cristo".
H: "Te insto a que te sacrifiques, porque si no lo haces nos veremos obligados a ponerte en un burdel".
T: "Si resuelvo mantener mi alma limpia, no seré culpable de la violencia a la que pueda estar expuesta.
H: "Tu nacimiento y tu belleza me inspiran compasión. Sacrifica, o te convertirás en escándalo para tu familia y para toda la gente decente".
T: "Confío en mi Dios. Él me protegerá. Jesucristo arrebatará su paloma de las garras del halcón".
H: Te daré tres días para pensarlo y luego te escucharé".

Pero al cabo de esos tres días, al comparecer Teodora ante el juez, ella se mostró igual de firma en su fe. Por eso la llevaron a rastras a un lugar de prostitución. Al entrar, Teodora oró: "Dios, Padre todopoderoso de nuestro Señor Jesucristo, ven en ayuda de tu hija y libérame esta espantosa cautividad, así como tú liberaste al Apóstol Pedro de su cautiverio. Guarda mi pureza para que todo el mundo pueda ver que te pertenezco". 

Había un joven llamado Dídimo quien estado presente en los interrogatorios, del que las Actas no dicen si ya era cristiano o se había convertido por el talante de Teodora. Como fuese, Dídimo tomó un uniforme de soldado y pagó una fuerte suma para ser el primero en yacer con Teodora. Una vez solos, Dídimo le dijo: "No temas, hermana mía, yo soy tu hermano en Jesucristo. He venido a salvarte. Cámbiate de ropa conmigo". Así, gracias a esa estratagema, Teodora pudo huir vestida de soldado. Al ser sorprendido, Dídimo fue decapitado y su cuerpo quemado. Algunas fuentes posteriores añaden como compañeros mártires de Dídimo a los santos Quinto, Pancrato y Suceso. Ciertamente podrían haber padecido el mismo día, aunque no hayan tenido relación.

Sobre el final de Teodora, nos dicen las Actas que, habiendo padecido mucho en los interrogatorios y la prisión de tres días, al poco de escapar exhaló el espíritu.

En el siglo XVII Robert Boyle escribió una novela inspirada en la historia de Teodora y Dídimo, y en el siglo XVIII Handel compuso la música para una ópera basada en esta historia, escrita por Thomas Morrell. Podéis disfrutar la obra musical en este link: https://youtu.be/pe2AIay_Yy8


-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.

A 28 de abril además se celebra a:

Santas Proba y Grimonia, vírgenes y mártires.
Santos Vital, Valeria, Gervasio y Protasio.
San Patricio obispo, y compañeros mártires.