San Budoc de Dol, obispo. 9 de diciembre y 18 de noviembre (en Léon). 

Su nacimiento fue milagroso, a causa de su madre, la princesa Santa Azenor (7 de diciembre), y ocurrió en estas circunstancias: Azenor estaba casada con el conde de Tréguier. Eran felices, piadosos y caritativos. Pero el padre de Azenor, conde de Lesneven, quien era viudo, se casó con una mala mujer, quien celosa del amor que padre e hija se tenían, comenzó a intrigar en el joven matrimonio. Falsificó pruebas y sobornó a personas para que hicieran parecer que Azenor engañaba a su marido. Por ello fue encerrada primero en Tréguier y luego, a instancias del padre, en Lesneven. Pero siguió intrigando la madrastra, diciendo al marido de Honora que en realidad el padre no la tenía encerrada, sino que la mujer vivía a sus anchas, y que se preveía su huida a un país lejano. 
 
Entonces el marido exigió que fuera ahorcada de una vez, y con tanta insistencia, que no tuvo más remedio el conde Leo que preparar la ejecución. Pero he aquí que se descubrió que Honora estaba embarazada de cuatro meses, y la ley prohibía ajusticiar a las embarazadas. Como el marido insistía, la solución hallada entre los leguleyos, ya que no se le podía matar, fue hacer algo intermedio, así que Azenor fue metida en un barril y arrojada al mar, a 10 millas de la costa. Si era inocente, Dios proveería, y si no, no la habían matado ellos. 
 
Cinco meses estuvo Azenor dentro del barril y flotando en el mar, sostenida por Dios. Cuando encalló en Irlanda, en Aberfraw, dio a luz a su hijo y fue hallada por los monjes del monasterio de Youghall. Se llevaron a la madre y al niño al monasterio, y llamaron al pequeño al niño Budoc (Buzeuc, o sea, "salvado del agua"). Una vez que Honora estuvo repuesta, dedicó su vida a la oración y al trabajo en una ermita anexa al exterior del monasterio.
 
Desde niño nuestro santo fue aplicado al estudio y la oración, y la vida monástica era toda su delicia. El culto, los libros, el trabajo y la oración colmaban toda su vida. Dice la leyenda que su fama de santo y sabio trascendió el monasterio y apenas cumplió los 21, los habitantes de Aberfraw le quisieron por rey y obispo. Sabiéndolo Budoc huyó del monasterio y se retiró a una cueva junto al mar, escondido de todos. Pero ocurrió que, estando dormido sobre una roca, esta se separó de las aguas y, flotando, atravesó el mar y llegó a Bretaña, quedando solidificada al suelo en Porspoder. Viendo esto el santo como una señal de Dios decidió dedicarse a la evangelización de la región, la cual estaba muy alejada del Evangelio en ese momento y las corrientes pelagianas asolaban la fe católica. La doctrina pelagiana negaba la prolongación del pecado original en la raza humana partiendo de Adán, único al que habría afectado este pecado. Por ende, el bautismo de infantes era innecesario. También propugnaba que la gracia era supletoria en la salvación, para la cual bastaba el conocimiento y el seguimiento de Cristo. 
 
Budoc estuvo allí todo un año predicando y desterró la herejía con su palabra y su ejemplo. Al cabo de ese tiempo, teniendo a los católicos firmes en la fe, decidió retirarse a la vida eremítica. Entonces cortó como mantequilla la roca que le había traído a Bretaña, la colocó en un carro tirado por dos bueyes, decidiendo quedarse en el lugar donde se detuvieran los animales. Estos anduvieron todos un día y una noche, deteniéndose a una milla escasa de Plourin. En este lugar los herejes eran más violentos que en otros sitios y al ver que el santo les robaba adeptos planearon quitarle la vida. Por ello el santo se dirigió a Dol, para ver al santo obispo San Maglorio (24 de octubre) y pedirle consejo. Y resultó que este, que estaba ya muy anciano, le nombró sucesor, logrando la obediencia de Budoc y la confirmación del mismo por el papa San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal). 
 
Budoc murió en una fecha incierta, al parecer en 633 aún vivía, pues la leyenda de San Rioc (12 de febrero) dice que fue canonizado por nuestro santo. Sobre las reliquias de San Budoc cuéntase que estando para morir dijo que una vez que hubiera fallecido, cortaran su brazo derecho y lo llevaran en procesión a Plourin para bendecir a algunos que él había excomulgado en sus tiempos de misionero en la región, como señal de que todos los pecados habían sido perdonados y olvidados. Así lo hizo el monje Illtud, pero al llegar a Brecht el obispo quiso quedarse con la reliquia y no dio permiso de que continuara viaje. Entonces el monje, aprovechando el gentío que abarrotaba la iglesia, dio un mordisco al brazo, le arrancó un pedazo de la muñeca y los dedos y huyó a Plourin, donde por medio de la reliquia del santo obispo Dios obró portentosos milagros. 
 
Fuente:

-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"France historique et monumentale". ABEL HUGO. 1837.
"Descubriendo santos de Bretaña".

A 9 de diciembre además se celebra a:
 

Santa Leocadia, virgen y mártir.
Stos Nectario y Auditor, presbíteros.