San Himelin de Vissenaken, peregrino. 10 de marzo.
De este santo, llamado taumaturgo por sus devotos allá en Vissenaken, Bélgica, lo que conocemos es poco. Un buen día del año 750 apareció en Vissenaken, luego de peregrinar a Roma. Cuando llegó a la población belga estaba enfermo de peste. A las afueras del pueblo encontró a la doncella del párroco, que volvía del pozo con agua fresca. Himelin le pidió de beber, y en un principio la chica se negó a darle de beber en la jarra del cura, por temor al contagio, pero el pobre enfermo insistía tanto que finalmente le dio agua en la jarra. Siguió su camino la joven y llevó el agua al cura sin decir una palabra. Y he aquí que cuando el sacerdote tomó la jarra y bebió exclamó: "¿Cómo has conseguido tan buen vino?", porque sí, el agua se había convertido en vino.
La joven contó lo ocurrido y el presbítero fue en busca del pobre apestado, lo llevó a su casa y le cuidó hasta que pronto murió. Luego el sacerdote lo enterró junto a la iglesia parroquial, pero pronto los milagros ocurridos junto a su tumba, que se trasladó el cuerpo, incorrupto y blanquísimo dicen, a la iglesia, donde aún recibe culto y tiene numerosos devotos.
Leyendas posteriores le hacen oriundo de Escocia y pariente de San Romboud de Mechelen (24 de junio; 1, diócesis de Malinas-Bruselas, y 3 de julio, en Irlanda).
A 10 de marzo además se celebra a
Santa Kakukabilla de Württemberg, abadesa.
Beato Elías del Socorro Nieves, agustino mártir.